Las peticiones más raras que reciben los camareros: de la cerveza calentada en microondas al bocadillo de berberechos y batido

Las peticiones más raras que reciben los camareros: de la cerveza calentada en microondas al bocadillo de berberechos y batido
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"Los bares, que lugares tan gratos para conversar" cantaba Jaime Urrutia con su Gabinete Caligari a finales de los años ochenta, pero no siempre son lugares tan gratos para el que está detrás de la barra (los miles de abnegados camareros y camareras de nuestro país), que escuchan peticiones y comandas como algunas de las que SoyCamarero registró en Twitter.

Como locos por la música, resulta evidente que aliñemos este tema con una banda sonora a costa de Platero y tú y su famoso Tras la barra, himno oficioso de todos los que están hartos de vivir de cara al público y el no menos famoso "el cliente siempre tiene la razón".

Quizá a veces la tenga, pero lo que queda claro con el hilo de Twitter es que muchas veces no tiene criterio. Ya no apuntamos a esa gente que se toma el café con sacarina después de comerse una torrija o del que se echa el cubata con ron, pero Coca Cola light, sino auténticas frikadas sacadas dignas de un libro de terror.

Tampoco hablamos del sindios que suele montarse cuando alguien empieza a pedir cafés 'extravagantes' con una decena de postillas del estilo: café descafeinado de máquina, corto de leche, con leche de soja templada y sin azúcar. Por poner un ejemplo, nada más.

Luego ya se junta el rostro, picaresca mediante, de algunos clientes que los usuarios de Twitter ejemplificaron como el que pedía la botella de coñac para mantener el carajillo o el cliente que pedía sustituir la guarnición de patatas fritas por unas cigalas (sin cambiar el precio).

Las rarezas del café

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A veces se debe templar y mandar, como si de un Curro Romero se tratase, como en el caso de la clienta que pedía un café cortado sin leche o la atrocidad a la que no le vemos ningún sentido del carajillo sin alcohol y con té verde.

Además, cuestiones sajonas mediante, también podemos ver que hay ciertas querencias que son difícilmente entendibles por el público español pero que tienen británico sentido. Es el caso de un cliente que en Burger King pidió un café con leche y unas patatas fritas para mojarlas en él. No podemos culparlo, pues el origen de los churros no dista mucho.

Las rarezas de la comida

Más allá de las modas vegetarianas y de las intolerancias alimentarias hay una realidad compleja que, en muchos casos, esconde fobias a la comida disfrazadas de alergia. Luego hay otras que directamente podemos calificar de abominaciones como la persona que pedía un chucrut pero no quería que llevase repollo.

Luego podemos ver bizarradas como el bocadillo de berberechos con Cacaolat (que podría tener un pase como esmorzaret), pero donde explican que se moja el bocadillo en el batido; o el más difícil todavía de los maridajes para pedir unos callos y una horchata.

Las rarezas de las bebidas

La noche confunde a menudo. De hecho, algunos sufren un particular Efecto Dinio y quizá pensemos que sea por el cansancio, la música o por no prestar atención, pero la realidad es que algunas 'peticiones del oyente' claman al cielo por su rareza.

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Entre las ganadoras hemos seleccionado algunas bien pintonas como el anís con tónica, una mezcla que no creemos que funcione nada bien; o el pijoterismo que nos invadió hace unos años con la moda del gintonic tuneado y que dio lugar a escenas tan surrealistas como pedir decantar una tónica para echársela a un Larios.

Incluso hay ejemplos que van más allá e incluso citan al cliente que detesta la cerveza fría, pidiendo dos cañas a la vez: una calentada al microondas diez segundos y otra, fría, pero para que se vaya atemperando mientras se toma la primera, según nos cuenta nuestro director Miguel Ayuso.

Imágenes | iStock

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