Para algunos, las aceitunas son más que un sabor que no les agrada: desencadenan ansiedad inmediata y fuerte. Un ejemplo lo comparte la tetsimonio del programa Y ahora Sonsoles, que confiesa: "Me da ansiedad. No quiero estar en esa mesa". Esa respuesta va más allá de la aversión común y entra de lleno en el territorio de la fobia específica, un tipo de trastorno de ansiedad.
Se trata de una reacción desproporcionada a un estímulo tan cotidiano como el de una cerveza con olivas. La fobia a las aceitunas, conocida como elaiofobia u olivafobia, no es solo rechazo sino una angustia que puede activar taquicardia, sudoración o ganas de huir. Es una condición que incide directamente en la vida social de quien lo sufre, según el instituto psicológico Cláritas.
Este fenómeno, aunque poco común, comparte características con otras fobias reconocidas: se convierte en problema cuando impide celebrar una comida compartida, genera evitación de restaurantes o limita opciones alimentarias. Esa dimensión social y emocional hace que la fobia tenga un impacto real y doloroso.
Fobia con nombre propio
La elaiofobia se enmarca dentro de las fobias específicas, trastornos catalogados por angustia intensa ante objetos concretos, y en concreto ante ingredientes comestibles.
Además, esta condición está estrechamente relacionada con lo que se conoce como neofobia alimentaria. Se refiere al rechazo persistente a nuevos alimentos, común en niños y también presente en adultos, lo que puede derivar en hábitos restrictivos y dietas desequilibradas.
Distinguir entre aversión y fobia es clave. Mientras la primera puede ser una preferencia personal, la fobia induce pánico real, incluso reacciones físicas que impiden la participación social o el simple acto de comer.
Según el testimonio de esta chica, esta fobia le da muchas ganas de vomitar y mucha ansiedad, e incluso no besa a su novio hasta que han llegado a casa y ha podido lavarse los dientes.
@directopaladar 🫒 El curioso caso de la fobia a las aceitunas. #olivas #aprendecontiktok #tecuentodap #directoalpaladar
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¿Por qué suceden estas reacciones?
Según el Instituto Cláritas, algunos psicólogos creen que este tipo de fobias se asocian a experiencias negativas tempranas. Un sabor, una textura o un olor desagradable puede activar una respuesta de amenaza en el cerebro, construyendo un recuerdo emocional de evasión.
Existen también vínculos simbólicos: si una familia tiene tradición aceitunera, como sucede en el caso citado del vídeo, la disonancia entre la herencia cultural y la reacción personal puede generar conflicto interno y aumentar la ansiedad.
Foto | Valeria_aksakova, yahorasonsoles
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