Si hay un objeto doméstico capaz de poner a prueba la paciencia más zen, es el rollo de papel de aluminio. Basta un segundo de mala suerte —un tirón torcido o un borde rebelde— para que la lámina se enrede, se desgarre y se convierta en una maraña imposible. Lo que debería envolver una bandeja de horno termina pareciendo la maqueta arrugada de un satélite.
Este pequeño drama cotidiano tiene, sin embargo, un final feliz gracias a un truco compartido por @foodnetwork. El vídeo, que se ha vuelto viral, muestra cómo arreglar un rollo enredado en cuestión de segundos, sin herramientas ni enfados. Solo hace falta una bolita hecha con el mismo aluminio.
La idea es tan simple como efectiva. Se arranca un pequeño trozo del propio rollo, se arruga bien hasta formar una bolita compacta, y se frota con energía sobre la zona enredada en movimientos verticales. La fricción desprende la capa torcida y deja al descubierto una superficie lisa, lista para usar.
Cede sin rasgar
Este gesto funciona porque el aluminio tiene una textura maleable: al frotar con otra pieza igual, la capa superficial cede sin rasgar el rollo entero. Es casi como pelar la parte estropeada, pero sin desperdiciar medio metro de material. Un truco que no solo ahorra tiempo, sino también dinero y frustración.
Lo interesante es que no requiere ninguna destreza especial. Cualquier persona puede hacerlo mientras cocina, sin interrumpir una receta ni sacar utensilios extra. No hay que cortar, ni estirar, ni maldecir en voz alta. Solo girar, frotar y seguir cocinando.
Además, este truco reduce el desperdicio doméstico, un detalle que no es menor si se tiene en cuenta el precio creciente de los productos de cocina y la cantidad de rollos que acaban en la basura por un simple enredo.
En los comentarios del vídeo muchos usuarios agradecen la genialidad, seguramente después de haber tirado más de un rollo a la basura por no saber cómo salvarlo. Otros han compartido variaciones del mismo truco, como usar una cuchara o la tapa de un táper para alisar, aunque la bolita sigue siendo la opción más rápida y efectiva.
Así que la próxima vez que tu rollo de aluminio te juegue una mala pasada, no tires la toalla ni el papel. Solo arranca un trozo, haz una bolita y frota. Un gesto minúsculo que convierte un desastre doméstico en una pequeña victoria cotidiana.
Foto | Montaje
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