Mitos y verdades sobre la leche

Mitos y verdades sobre la leche
Facebook Twitter Flipboard E-mail

La leche es uno de los alimentos más populares en nuestra dieta, pero en la actualidad ha reunido tanta cantidad de aliados como detractores de su consumo, por ello, hoy te contamos mitos y verdades sobre la leche.

A continuación os mostramos algunas afirmaciones que solemos escuchar sobre la leche y te contamos si se trata de mitos o verdades.

Un vistazo a…
LECHE FRITA la receta más fácil y rápida

Ayuda a cuidar nuestros huesos

Por su contenido en proteínas de calidad y en calcio, siempre se asocia a la leche a una mejor salud ósea, sin embargo, una investigación publicada en Journal of Bone and Mineral Research señala que no se han encontrado evidencias suficientes que demuestren que el consumo de leche ayude a reducir el riesgo de sufrir fracturas.

Por el contrario, científicos de Upssala University han observado que el consumo de más de tres vasos diarios de leche se asocia a mayor incidencia de fracturas y a una mortalidad superior respecto a quienes consumen cantidades inferiores.

Sin embargo, un estudio publicado en al American Journal of Clinical Nutrition ha concluido que el no consumo de leche de vaca en niños se vincula a menor densidad ósea y a baja estatura.

Como se puede ver, esta afirmación es aun controvertida, no obstante podemos decir que si bien la leche no se puede vincular a mejor salud ósea, por sus nutrientes, podría ser de ayuda, junto a otros factores, para el cuidado de huesos y dientes.

Milk 518067 1280

El consumo de leche produce mocos

Es una de las afirmaciones que se utiliza como fundamento para desestimar su consumo, creyendo que la ingesta de leche favorece la producción de mucosidad en las vías respiratorias.

Sin embargo, una revisión realizada por científicos de Zurich señala que esta afirmación no puede confirmarse, pues aun en personas inoculadas con el virus del resfriado común la leche no incentivó la producción de moco y tampoco exacerbó los síntomas de asma ni se asoció a su desarrollo.

Asimismo, un artículo científico señala que si bien puede existir una mayor producción de moco en personas susceptibles, aun nada se puede confirmar por lo que sólo se trata de una hipótesis.

Por lo tanto, en este caso estamos más bien ante un mito y no ante una verdad científicamente probada.

Milk 1023701 1280

Eleva el colesterol y puede perjudicar la salud

Durante mucho tiempo se pensó que la leche, por contener grasas de origen animal y colesterol, podría perjudicar la salud incrementando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, como contamos anteriormente, ni el colesterol es tan perjudicial para el corazón ni las grasas de la leche producen el efecto que se pensaba.

Además, un estudio publicado en la revista Diabetes Care ha concluido que la ingesta de lácteos se asocia a menor riesgo de sufrir diabetes tipo 2.

De igual forma, investigadores de la Universidad de California señalan que el consumo de leche se asocia inversamente con el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y un estudio de Journal of Nutrition no observó relación entre la ingesta de leche y el peso corporal.

Por lo tanto, ésta es otra afirmación que no puede probarse científicamente y pensar que la leche eleva el colesterol y perjudica la salud cardiovascular y/o metabólica es sobre todo, un mito que debemos abandonar.

Claramente, no hay nada de malo ni de mágico en el consumo de leche, pues ni perjudica la salud ni la beneficia milagrosamente, sino que su ingesta en el marco de una alimentación equilibrada, en cantidades adecuadas, es perfectamente recomendable.

Bibliografía consultada | Journal of Bone and Mineral Research, Volume 26, Issue 4, pages 833–839, April 2011; BMJ 2014; 349 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.g6015 (Published 28 October 2014); Am J Clin Nutr September 2002, vol. 76 no. 3 675-680; J Am Coll Nutr. 2005 Dec;24(6 Suppl):547S-55S; Med Hypotheses. 2010 Apr;74(4):732-4. doi: 10.1016/j.mehy.2009.10.044. Epub 2009 Nov 25; Diabetes Care July 2006 vol. 29 no. 7 1579-1584; Am J Clin Nutr January 2011, vol. 93 no. 1 158-171; J. Nutr. January 1, 2003 vol. 133 no. 1 245S-248S.

Imagen | iStock y Pixabay

Inicio