Joana Costa
EditorEl sofá es uno de los muebles más utilizados de la casa y, al mismo tiempo, uno de los que menos atención recibe en la limpieza diaria. Entre cojines, apoyabrazos y respaldos se acumulan restos invisibles que no siempre se perciben a simple vista, pero que están ahí.
Polvo, ácaros y suciedad orgánica se instalan con facilidad en la tapicería, especialmente en hogares con niños, mascotas o un uso intensivo del salón. De ahí que una limpieza superficial no sea suficiente si se quiere mantener el sofá en buen estado.
Realizar una limpieza periódica evita que la tapicería se convierta en un foco de suciedad y prolonga la vida útil del mueble, siempre que se sigan los pasos adecuados y se eviten productos agresivos.
Aspirar a fondo
El primer paso imprescindible es aspirar a fondo toda la superficie, incluyendo las zonas menos accesibles. Aunque no se vean restos, muchas partículas quedan atrapadas entre los cojines y las costuras.
Bayeta escurrida
Una vez aspirado, puede realizarse la limpieza con una bayeta bien escurrida y un producto específico para tapicerías como Volvone, siempre diluido en agua según las indicaciones del fabricante. No se aplica directamente, sino a través del paño.
Este producto es un limpiador multiusos potente basado en amoníaco y tensioactivos que sirve para limpiar a fondo una gran variedad de superficies y tejidos en el hogar, desde alfombras y tapicerías hasta cocinas y baños, siendo excelente para desengrasar, eliminar manchas y neutralizar malos olores.
En las grandes cadenas existe su versión, parecida, en marca blanca, siempre integrada por este tipo de ingredientes: amoníaco y tensioactivos. Un ejemplo de ello es el Limpia Tapicerías y Alfombras de Hacendado.
Solo en las zonas sucias
El producto se pasa con suavidad, insistiendo solo en las zonas más sucias, y posteriormente se repasa la superficie con la bayeta aclarada solo con agua para retirar restos.
En los sofás de cuero, el procedimiento cambia. Basta con aspirar y limpiar con agua y jabón neutro, ya que este material no absorbe humedad y se seca de inmediato.
En cualquier caso, obre todo, hay que evitar empapar la tapicería y respetar el tiempo de secado, un aspecto clave para que el sofá quede limpio, desinfectado y sin cercos visibles.
Foto | Freepik, Senivpetro
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