Con el avistamiento de un solo ejemplar suele ser más que suficiente para empezar a perder los nervios y suponer que una silenciosa y extensa familia de cucarachas, como mínimo, ocupa espacios invisibles de la cocina.
Ha llegado la hora de exterminar a estos desagradables insectos que no suelen tener ningún defensor en sus filas, así que cualquier remedio es poco para echarlas de donde no deberían haber entrado nunca.
De entrada, para evitar su presencia es crucial una adecuada higiene de los rincones de la casa, y en concreto de los de la cocina, para arrasar con los restos de comida que puedan atraerlas y eliminar también los posibles huevos que hayan podido dejar a su paso.
Así, una persistente limpieza con agua y jabón en las superficies y con lejía o detergente en los sueles debe bastar, pero una vez aparecen, es hora de actuar con todas las armas.
Para empezar, es importante saber que existen varios tipos de cucarachas, y saber qué especie es la que ha entrado en casa es muy útil para actuar con más precisión en su extinción casera. Basta con cotejar sus características.
Las hay orientales, americanas y de los alimentos, siendo los dos últimos grupos los más comunes. En general, las hembras solo necesitan del macho una vez para producir sus huevos, lo que les da una enorme capacidad reproductiva.
Les gustan muchos tipos de alimentos (comen casi cualquier cosa) y prefieren los ambientes húmedos, así que, lamentablemente, las cocinas son espacios muy ajustados a sus deseos.
Para acabar con ellas una vez se confirma visualmente la presencia de un solo ejemplar hay que emprender una serie de pasos.
Identificar por dónde entran
Según los expertos en eliminación de plagas Como PHS Serkonten, una de las primeras cuestiones a plantearse es cuál es su vía de entrada: falsos techos, puertas, las basuras si están cerca de la puerta o de la ventana y dentro de envases de los mismos alimentos (por ejemplo, sacos de patatas o frutas) cuando los compramos.
Polvos y rociadores
Una buena receta casera es realizar una mezcla de bicarbonato, agua y azúcar a partes iguales y repartirla por las zonas en las que aparecen, como grietas y agujeros con un rociador. También existen insecticidas que se venden en polvos y que pueden disponerse del mismo modo.
Aerosoles
La industria cuenta con numerosos productos capaces de acabar con estos insectos con unas pocas rociadas. Usarlos puntualmente al detectar su presencia puede darnos la seguridad de haber acabado con un solo ejemplar, pero no con toda la plaga.
Alimentos trampa
En concreto, se puede preparar una solución casera específica a base de azúcar y bicarbonato de sodio. En este caso, caerán en la trampa de ingerir la mezcla atraídas por el dulce, pero morirán por los efectos del bicarbonato, una solución no apta para sensibles a su presencia, también en modo cadáver.
Limpiar a fondo
Es importante limpiar donde es posible que estos animales hayan depositado excrementos y vómitos, ya que estos pueden transmitir enfermedades. Usar un desinfectante es crucial para borrar el rastro de estos insectos.
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Evitar los platos acumulados
Los platos acumulados en el fregadero, que tienen restos de comida (por muy pequeños que sean) atraen a estos animales durante todas las horas de la noche. Es importante evitar dejarlos así y, en caso contrario, lavarlos siempre lo antes posible.
Fotos | Roger Brown/Pexels, JESHOOTS.COM/Unsplash y SHVETS production/Pexels.
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