A las abuelas y su cocina habría que ponerles un monumento. Siempre cocinando de memoria y por intuición, sus platos nunca fallaban y eran capaz de hacer salivar a toda la familia alrededor de la mesa con recetas que ya forman parte del imaginario colectivo. Las empanadillas de bonito se encuentran dentro de ese delicioso repertorio que no sabe de modas ni falta que le hace.
Recrear esos sabores familiares en casa puede ser un reto, sobre todo cuando las abuelas se empeñan en dar indicaciones tan vagas como "una chispa", "la que admita" o "cuando veas que está en su punto". Por suerte, tenemos la receta perfecta para preparar unas empanadillas de bonito tan ricas como las suyas, con su relleno espectacular y el sofrito de tomate casero.
Gracias a las obleas pequeñas Buitoni siempre quedan perfectas. Solo tienes que dejar que la salsa se tome su tiempo, sin prisas, antes de abrir tu paquete de obleas Buitoni para rellenar, formar y cocinar las empanadillas a tu gusto. Fáciles de doblar y sellar, y muy resistentes, puedes cocinarlas al horno o fritas, pues siempre quedan ligeras, crujientes y sabrosísimas. A tu gusto.
Ingredientes
- 1 paquete de obleas pequeñas Buitoni (160 g)
- 1 kg de tomates pera
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cebolleta
- 200 g de bonito en conserva
- 50 g de aceitunas sin sal rellenas de anchoa
- 2 huevos para cocer
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 1 huevo para pintar
Tiempo de preparación
65-70 minutos
Tiempo de cocción
10 minutos
Dificultad
Fácil
Cómo hacer las empanadillas de bonito fácilmente paso a paso
Preparamos los tomates
Practicamos un corte en forma de cruz en la base de los tomates y los escaldamos en abundante agua hirviendo, dejándolos menos de 30 segundos. Los enfriamos en un recipiente con agua helada y los pelamos cuando ya no nos quemen en las manos.
Los picamos una vez bien pelados en un robot de cocina, a cuchillo o con la batidora, finamente, pero dejando trocitos enteros.
Cocinamos la salsa de tomate
Calentamos dos cucharadas de aceite en una cazuela o sartén, añadimos el tomate, el azúcar y media cucharadita de sal. Encendemos el fuego, tapamos y dejamos cocer 20 minutos suavemente, removiendo de vez en cuando. Destapamos y cocinamos 40-50 minutos más, hasta obtener una base de tomate frito espeso. Probamos y corregimos de sal y azúcar.
Terminamos el relleno
Mientras se hace el tomate, cocemos dos de los huevos en agua hirviendo durante 10-11 minutos. Los enfriamos, pelamos y troceamos. Picamos finamente la cebolleta, escurrimos las aceitunas y las troceamos.
Precalentamos el horno a 200 ºC. Pochamos la cebolleta con un poco de aceite hasta que esté tierna. Escurrimos el bonito en un recipiente amplio, añadimos la cebolleta, unos 200 ml del tomate frito, los huevos y las aceitunas, y mezclamos bien.
Rellenamos las empanadillas y las cocinamos
Rellenamos las obleas de empanadilla y cerramos con ayuda de un tenedor. Pintamos con el otro huevo ligeramente batido. Las horneamos 10-12 minutos, hasta que estén doradas, en una fuente apta para horno y cubierta con papel de hornear. También las podemos freír en abundante aceite bien caliente, retirándolas a una fuente con papel absorbente cuando se hayan dorado y tengan burbujitas.
Trucos y consejos para preparar unas empanadillas caseras perfectas
A fuego lento
El secreto de un buen relleno de empanadillas es preparar la salsa de tomate con mimo, dejando que el sofrito coja cuerpo sin prisas. Deja que el tomate y la cebolla se cocinen con paciencia, a fuego lento, con ese chup-chup de la cocina de la abuela tan característico. Así conseguiremos potenciar todos los sabores con el dulzor natural de las hortalizas y una textura melosa.
La temperatura exacta
Tanto si vamos a cocinar las empanadillas de bonito al horno o si las vamos a freír, es clave alcanzar la temperatura precisa para que la masa de obleas Buitoni quede perfecta. Procura que el horno esté precalentado completamente antes de introducir la bandeja con las empanadillas, a 200 ºC, si las vas a hornear, comprobando antes el termostato de tu electrodoméstico. En el caso de la fritura, el aceite debe estar muy caliente, pero sin llegar a humear. Así quedarán las empanadillas perfectamente doradas, ligeras y crujientes.
Otras recetas de empanadillas caseras de la abuela
Si algo caracteriza a la cocina de las abuelas es su capacidad de adaptación, improvisación y versatilidad. De esta forma, si no tenemos bonito en casa, siempre podemos rellenar nuestras empanadillas con atún en aceite o en escabeche, o utilizar otras conservas marineras, como mejillones, berberechos o sardinillas.
También son deliciosas las empanadillas rellenas de tomate y carne picada, como si fuera una salsa boloñesa más espesa y jugosa, o utilizando de base una suculenta bechamel con trocitos de jamón serrano ibérico, o de queso y daditos de jamón cocido.
Además, podemos hacer honor a la cocina de aprovechamiento utilizando pisto de verduras, ensalada de pimientos asados o sorprender con una versión dulce, con crema pastelera, cabello de ángel, chocolate o fruta y miel.
Con qué acompañar y maridar las empanadillas
Tortilla de patatas
Es otro de los clásicos de nuestra gastronomía y de la cocina casera, que también bordan las abuelas. Empanadillas y tortilla hacen una pareja perfecta para tomar en casa tanto en el aperitivo como de almuerzo o cena en familia, y son perfectas para llevar de picnic o a un día de playa.
Ensalada tabulé
La cocina tradicional no tiene por qué estar reñida con recetas internacionales. El tabulé libanés, con bulgur o cuscús y hortalizas, es una ensalada nutritiva y refrescante muy sencilla de preparar y que apetece todo el año.
Legumbres
En muchas casas seguro que las empanadillas eran el primer plato de un guiso de legumbres de toda la vida. Para un menú 100 % hogareño, nada mejor que unas lentejas estofadas, un potaje de garbanzos con espinacas o algún cuchareo de alubias marineras. Y los días de más calor del verano se puede sustituir por una ensalada templada de legumbres y hortalizas frescas.
Limonadas caseras
Un maridaje perfecto para toda la familia puede ser la limonada casera, tanto en su receta clásica al estilo americano, como en versiones más originales con frambuesas, pepino o piña. Si la servimos con cubitos de hielo con fruta fresca, será aún más apetecible y refrescante.
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