Aunque no nos demos cuenta, la expresión de nuestro rostro y nuestro comportamiento cambia tras haber bebido una pequeña cantidad de alcohol. Y para demostrarlo, aquí están una serie de fotografías tomadas por el fotógrafo brasileño Marcos Alberti, que quiso unir, para llevar a cabo su proyecto Three Glasses Later, sus tres pasiones: el vino, la fotografía y sus amistades.
Lo que comenzó como una broma entre amigos acabó con una colección de fotografías que resulto un tanto experimental. Una pared, unos modelos, tres copas de vino y una cámara fotográfica fueron los elementos necesarios para este proyecto fotográfico.
La serie fotográfica comienza con un primera toma cuando los modelos, procedentes de distintos ambientes, llegan al estudio cansados después de un día de trabajo y estresados por el tráfico. A lo largo de las horas que dura el experimento se les ofrecen tres copas de vino, tomando una fotografía al rato de beber cada una.
La diferencia entre ellas se hace patente, a pesar de algunos mantienen mejor el tipo y parece que en ellos no se aprecian cambios tan evidentes, a otros comienza a ponérseles una sonrisa en la boca desde la primera copa, que se va amplificando a medida que aumenta la cantidad de vino. Caritas bobaliconas, aspecto desaliñado, desmelene en otros, hasta el más serio en la primera foto acaba volviéndose expresivo.
Un experimento de fotografía que esperamos os arranque también a vosotros una sonrisa… y sin beberse tres copas de vino.
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