Conozco a gente que acumula tantos dulces en casa durante las fiestas, que no son pocos los días que acompañan el café del desayuno con turrón o polvorones. Pero yo creo que si no abusamos demasiado de esas tentaciones, podemos preparar algo especial para los desayunos de Navidad, por ejemplo unas buenas magdalenas caseras con un toque especial navideño.
Naranja, ron, azahar, muchas especias y el protagonismo de la almendra son los ingredientes que visten de Navidad a unas clásicas magdalenas de toda la vida, porque a veces me cansan los dulces llenos de decoraciones y colorines. He reducido la cantidad de azúcar habitual de las magdalenas para dar más protagonismo a los aromas, y por si nos apetece mojarlas en chocolate a la taza.
Disponer los huevos en un recipiente con el azúcar y batir con batidora de varillas. Debe casi triplicar el tamaño y coger una textura esponjosa, de color pálido. Añadir la leche, el aceite de girasol, la ralladura de naranja, el ron o zumo, el azahar y la vainilla, y batir un poco más.
Aparte mezclar con unas varillas las especias con la harina, la almendra molida, la levadura, el bicarbonato y la sal. Incorporar a los ingredientes húmedos y batir a velocidad baja un poco; terminar de mezclar con una espátula hasta que no quedeb grumos secos. Dejar reposar mientras precalienta el horno a 200ºC.
Aprovechar para preparar los moldes, con cápsulas de papel o engrasando una bandeja con huecos adecuados. Con estas cantidades salen unas 12 magdalenas de tamaño normal y unas dos o tres más, o unas seis minis. Depende del tamaño de los moldes.
Repartir la masa sin llenar los huecos del todo. Añadir almendras laminadas o en bastones, presionando ligeramente. Mezclar azúcar moreno con canela y espolvorear por encima al gusto. Hornear durante unos 15-18 minutos, hasta que queden bien doradas (en casa nos gustan tostaditas). Sacar de la bandeja, si se usa, y dejar enfriar completamente sobre una rejilla. Decorar con azúcar glasé.
Con qué acompañar las magdalenas
Las magdalenas navideñas ya merecen la pena solo por el delicioso aroma que inunda la casa al hornearse. Se preparan en un momento y por eso podemos hacerlas una mañana para recibir a la familia con ellas recién hechas y compartir el desayuno. Podemos hacerlas en las fiestas o estos días previos, para ir preparando el ambiente y coger fuerzas ante los preparativos.
En Directo al Paladar | Cómo hacer marrón glacé, el dulce de castañas más apreciado del mundo
En Directo al Paladar | Gingerbread o pan de jengibre de puré de manzana. Receta de bizcocho jugosísimo y aromático