Hace unos cuantos llegó una revolución a nuestras cocinas que hizo que las magdalenas dejasen de estar solas. Fieles desde los inicios, incluida la repostería más doméstica, pronto descubrimos que había un mundo de altos copetes un poco más allá.
Había que cruzar el charco, claro, pues la versión que a nuestras vidas ha llegado de los muffins estadounidenses es la de un pariente más o menos cercano del cupcake o de la magdalena, aunque no llegan a ser lo mismo. Distinto es el caso del muffin inglés, que es un pan plano que poco tiene que ver con lo que os presentamos hoy.
Perfectos como merienda o como desayuno y realmente muy fáciles de hacer —el levado se resuelve en el horno— y los ingredientes son sencillos de encontrar, con esta opción de muffins (listos en apenas una hora) no tendrás que recurrir al súper ni a bollería industrial para acompañar a tés, cafés o chocolates.
La única dificultad —si se puede llamar tal— es que son laboriosos si no contamos con un robot de cocina que amase o con unas varillas eléctricas, pero hoy en día eso no suele ser un problema. Aún así, si no los tenéis, también podéis coronaros con estos muffins. Y si lo preferís, podéis también hacer su versión con cacao, con nuestra receta de muffins de chocolate.
Debemos empezar atemperando la leche, los huevos y la mantequilla, así que los sacaremos de la nevera unos diez minutos antes. Cuando la mantequilla esté en pomada, mezclamos en un bol con una batidora de mano que tenga varillas —o con unas varillas eléctricas, o con un robot de cocina de pastelería con accesorio escudo, la mantequilla y el azúcar durante unos siete minutos.
En ese momento batimos los dos huevos y los añadimos poco a poco hasta que se integren bien. Después tamizamos la harina y la vamos incorporando a pocos, dejando que se vaya mezclando con el resto de la masa. Vertemos la leche, la sal y el extracto de vainilla, también a poquitos y paramos cuando estén incorporado para no sobrebatir la mezcla. Mientras tanto, precalentamos el horno a 180 ºC.
Ponemos las cápsulas de papel en una bandeja de horno para muffins y rellenamos cada cápsula unas tres cuartas partes porque en el horno subirá. Añadimos azúcar blanco o azúcar perlado —si queremos— e introducimos en el horno a 180 ºC durante 25 minutos. Retiramos, dejamos reposar para que se atemperen ligeramente y ya estarán listos los muffins para comer.
Con qué acompañar los muffins caseros
Perfecta para debutantes en repostería doméstica por la sencillez y por los ingredientes, a partir de esta receta podemos hacer crecer nuestra imaginación en el mundo de los muffins con ejemplos como estos de [vainilla y chocolate](vainilla y chocolate), esta opción para mayores de edad con whisky y cafe, opciones creativas como los de zanahoria y almendra o incluso versiones saladas como estos de jamón y queso pecorino.
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