Somos unos completos adictos a los postres. Si hacemos memoria, creemos que no hay ningún tipo de receta dulce a la que le hagamos ascos. Los postres de cuchara nos gustan especialmente, pero esta crema de caramelo salado al horno nos enloquece. Ocupa un lugar muy especial en nuestro recetario.
La primera vez que hicimos salsa de caramelo salado para acompañar un helado de vainilla, entendimos que aquella receta iba a ser la base de muchas otras. Con ella hemos hecho caramelos (perfectos para regalar), helado y, por supuesto, esta crema de caramelo salado. Si os imagináis una crema dulce y empalagosa, nada que ver. Pero esto tendréis que comprobarlo por vosotros mismos.
Ponemos en un cazo amplio la mantequilla y el azúcar moreno. Calentamos a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva completamente. Una vez que comience a hervir, cocemos un par de minutos más, removiendo continuamente con una cuchara de palo.
Apartamos el cazo del fuego y agregamos la nata, mezclamos y ponemos de nuevo al fuego. Añadimos la esencia de vainilla y una pizca de sal. Dejamos que la crema hierva. Retiramos de nuevo el cazo del fuego para echar las yemas de huevo ligeramente batidas, removemos rápidamente sin parar y calentamos. Cuando la crema esté a punto de hervir debemos retirarla inmediatamente porque si no se puede cortar. Colamos la mezcla a una jarra y rellenamos los vasitos.
Precalentamos el horno a 160º C. En una fuente honda colocamos los vasitos de crema y llenamos con agua caliente hasta que cubra la mitad de éstos aproximadamente. Tapamos con papel de plata y horneamos hasta que los bordes de la crema de caramelo salado hayan cuajado. Retiramos la bandeja del horno y dejamos enfriar completamente en el agua. Refrigeramos hasta su consumo.
Con qué acompañar la crema de caramelo salado al horno
La crema de caramelo salado al horno es un postre muy suave. Aunque pueda parecer lo contrario, no resulta excesivamente dulce, y combina a la perfección con frutas ácidas como las frambuesas. Podemos acompañar también este postre con nata acidificada, el contraste de sabores es perfecto.