Esta tarta de requesón con fresas no es de apariencia perfecta, pero es ese aire rústico lo que la hace bonita. Pero además, es muy sencilla y está muy rica, puesto que no solo se come con los ojos, y si no hay sabor no hay postre.
A diferencia de algunos pasteles de queso que ya os hemos traído en otras ocasiones, esta tarta de requesón no lleva base y se hornea directamente en el molde. Esta es una preparación típica de los pueblos ganaderos, que para aprovechar el suero de la leche de vaca, idearon pasteles deliciosos como este que os recomendamos probéis. Os sorprenderá su textura y ligereza.
Comenzaremos precalentando el horno a 175ºC. Untamos un molde redondo de unos 23 centímetros de diámetro con un poco de mantequilla, y espolvoreamos con un poco de harina o bien forramos con papel de hornear la base y los laterales. Reservamos.
En un bol mezclamos el requesón, los yogures, los huevos, la harina y el azúcar. Batimos con unas varillas o una batidora de mano hasta que veamos todos los ingredientes integrados.
Vertemos la masa en el molde y horneamos a 175ºC durante 45 minutos. Enfriamos dentro del molde en el frigorífico y servimos fría. A la hora de servirla, decoramos con fresas frescas.
Con qué acompañar la tarta de requesón con fresas
Simplemente acompañada por fruta fresca esta tarta de requesón con fresas ya resulta espectacular, pero si sois golosos, podéis añadirle una pequeña cantidad de mermelada o confitura de vuestro agrado.