Tengo que reconocer que si enciendo el horno para introducir una tarta lo normal es que se trate de algo dulce. Para las versiones saladas soy algo recelosa, sobre todo para las rellenas de estilo quiche. Sin embargo, cada vez me convencen más recetas como esta galette rústica de patata y queso provolone.
Una galette es una tarta dulce o salada con una masa rápida de aspecto libre, de preparación muy sencilla y cuya forma no tiene que ser perfecta. Con un procesador de alimentos o picadora grande se preparar en un santiamén, pero también se puede elaborar sin problemas con las manos.
Mezclar en el vaso de la trituradora o procesador de alimentos la harina con la sal y el azúcar. Añadir la mantequilla muy fría cortada en cubos pequeños y triturar hasta conseguir una textura de migas. Agregar la mitad de la leche y triturar unos segundos. Retirar la cuchilla y añadir el resto de líquido, mezclando a mano. Volcar sobre una superficie enharinada y amasar ligeramente; estará muy pegajosa. Envolver en plástico film y dejar en la nevera como mínimo 1 hora, mejor un poco más.
Precalentar el horno a 200ºC y engrasar una bandeja. Lavar y pelar las patatas. Cortarlas en láminas de unos 4-5 mm de grosor y distribuirlas en una capa sobre la bandeja. Agregar el aceite de oliva, sal, pimienta, comino y pimentón. Hornear durante unos 15 minutos, hasta que se hayan dorado al gusto. Dejar enfriar.
Estirar la masa con ayuda de un poco más de harina para dejar un círculo aproximado de unos 5-8 mm de grosor. Colocar sobre una bandeja cubierta con papel de cocina y pintar ligeramente el centro. Disponer una capa de patatas superpuestas. Agregar queso provolone a trocitos, guindilla y perejil. Superponer otra capa de patata y repetir la operación hasta tener 3 capas. Doblar los bordes apretándolos de forma rústica. Pintar la masa con más huevo batido y hornear durante unos 20-25 minutos, hasta que esté bien dorada y el queso fundido.
Con qué acompañar la galette
Dejaremos reposar unos minutos fuera del horno esta rica galette rústica de patata y queso provolone para que el queso fundido se asiente un poco y la masa no esté demasiado caliente. Podemos cortarla en porciones y servirla como parte de una comida de picoteo o un aperitivo de merienda-cena en compañía, con una ensalada o algún tapeo vegetal más ligero.