Esta receta de patatas de guarnición caramelizadas a la naranja y vino tinto sonaban demasiado tentadoras cuando las vi por primera vez. Este tubérculo es un clásico de las guarniciones, y si son de calidad no necesitan mucho más, pero para una ocasión especial merece la pena vestirlas un poco con más sabor.
Lo ideal es emplear patatitas pequeñas de piel fina, de las que se pueden comer casi de un bocado, pero la receta quedaría también estupenda con patatas algo más grandes partidas por la mitad o cortadas en trozos. Si no os gusta la salvia podéis emplear otra hierba aromática, como la mejorana que usó Sonia originalmente en su receta.
Lavar y secar bien las patatas, dejándolas con la piel si es fina. Calentar en una sartén o cazuela la mantequilla con el aceite de oliva. Cuando se haya derretido la mantequilla, añadir las patatas con un poco de sal, bajar el fuego y tapar. Dejar cocinar unos 25 minutos, removiendo de vez en cuando.
Añadir el azúcar moreno y cocinar un par de minutos. Incorporar la salvia y el tomillo, regar con el zumo de naranja y con el vino y dejar cocinar a fuego fuerte hasta que se reduzca buena parte del líquido.
Tapar, bajar al mínimo y dejar unos minutos más para que los jugos restantes se concentren. Salpimentar al gusto y servir bien calientes.
Con qué acompañar las patatas
Las patatas de guarnición caramelizadas a la naranja y vino tinto suponen una guarnición genial para casi cualquier menú de fiesta, especialmente las navideñas. Pueden acompañar perfectamente tanto platos de carne como de pescado, o incluso menús vegetarianos. Si son muy pequeñas también podríamos servirlas a modo de picoteo.