Con ingredientes sencillos y un proceso de cocción corto, se puede crear un plato completo y nutritivo en cuestión de minutos. Este salteado de lentejas con boniato y calabacín es el ejemplo perfecto de que lo simple también puede ser extraordinario.
La clave está en la combinación de texturas: el boniato, suave y dulce, contrasta de manera ideal con el calabacín, más fresco y ligeramente crujiente. Las lentejas de lata, por su parte, aportan una base sólida y una dosis de proteína que te dejará satisfecho.
La magia del plato está en su sencillez. Para empezar, solo necesitas saltear los ingredientes principales en una sartén grande. Corta el boniato y el calabacín en cubos pequeños, para que se cocinen de forma rápida y uniforme. Luego, simplemente añádelos a la sartén con un poco de aceite de oliva y las especias que más te gusten, añadir un toque de comino, pimentón dulce o un poco de curry para un sabor más exótico por ejemplo.
Una vez que las verduras estén tiernas, incorpora las lentejas ya cocidas. Remueve bien para que los sabores se asienten y déjalos un par de minutos más al fuego para que tomen temperatura. Lo mismo, añadir un chorrito de zumo de limón el la sartén y unas hojas de cilantro fresco antes de servir potencia la experiencia.
Es un plato versátil que se puede personalizar fácilmente. Si tienes alguna verdura extra en la nevera, como pimientos o cebolla, sumará un montón al resultado final para darle más sabor y volumen al plato. A la hora de servir, puedes servirlo solo o acompañado de una porción de arroz blanco, quinoa, cuscús a la naranja o simplemente, con una hojas verdes y un aguacate al medio.
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