Inés Vazquez Noya
EditorLas "torticas de arroz" son un plato muy popular en varias cocinas de América Latina, especialmente en países como Venezuela y Colombia. En general, se preparan para aprovechar el arroz sobrante. Sobre ese ingrediente base, se le añaden otros para darle sabor y consistencia como huevo, harina, queso y condimentos, hasta verduras ralladas para ayudar a que se forme una masa que luego se fríe o se hornea.
Un dato curioso es que en algunas regiones, existen versiones dulces de torticas de arroz, a las que se les añade azúcar, vainilla, canela e incluso trocitos de plátano. Estas se suelen pasar por azúcar o azúcar glas al salir de la fritura.
Cocinar el arroz y dejar enfriar por completo antes de utilizar. Llevar a un cuenco. Con un tenedor o un machacador, aplastar ligeramente los granos, esto ayuda a que la masa se ligue mejor. Añadir el huevo, el queso rallado, la cebolla picada, las especias, sal y pimienta. Mezclar hasta que los ingredientes estén bien integrados.
Incorporar la harina de trigo una cucharada a la vez. La cantidad exacta puede variar dependiendo de la humedad del arroz y el tamaño del huevo. La intención es alcanzar una masa que sea maleable y no se pegue demasiado a las manos, tiene que quedar lo suficientemente firme como para formar las torticas sin que se desarmen. Si se siente muy pegajosa, se puede añadir un poco más de harina.
Tomar porciones de la mezcla y formar torticas redondas y planas con las manos (como mini-hamburguesas) Con estas cantidades saldrán aproximadamente de 15 a 16 unidades depende del tamaño. Cocinar en una sartén a fuego medio con aceite de oliva en la superficie durante 5 a 6 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes.
Con qué acompañar las torticas de arroz
Si te sobran, una vez frías, es posible congelar las tortitas en un recipiente hermético y luego calentarlas fácilmente en el horno o en una sartén. Para acompañar, son geniales con una ensalada de tomate, o una colorida ensalada agridulce de zanahoria y remolacha con piñones. Y, sin duda, mojarlas en una salsa de tomate o mayonesa potencia la experiencia y las hace aún más irresistibles.
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