De once de la mañana a cuatro de la tarde. No hay más. Apenas cinco horas de servicio de lunes a viernes es lo que Manuel Rodríguez, conocido como 'Cateca' ofrece y dispensa desde una diminuta barra, tabernaria donde las haya, en el centro de Sevilla.
Como era evidente, la idea debía tener nombre y apellidos como para recordarse con facilidad: Taberna Manolo Cateca. Sin trampa ni cartón, desde 2013 este antiguo comercial y enamorado de los vinos de Jerez regenta este local que en tiempos fue otro ilustre bar sevillano como La Goleta.
Nada ha cambiado físicamente en este espacio de madera de caoba, cerveza de grifo y suelo hidráulico. Casi una rareza en la nueva ola sevillana que empieza a pulular como las setas con negocios clónicos que venden alma de taberna. Ridículo, podría decirse, en una ciudad que siempre tuvo clásicos donde la estirpe tabernera va por bandera.
Apenas 15 personas caben dentro de la Taberna Manolo Cateca, que ejerce casi una labor apostólica dentro de Sevilla en torno a los vinos de Jerez. De hecho, el mote le llega de su juventud como catequista. Solo que ahora evangeliza al compás de amontillados, finos, manzanillas, olorosos y palo cortados, además del tradicional 'cream', que el propio Manolo pronuncia con todas sus letras, lejos del anglicismo.
Hasta 200 referencias distintas de vinos de Jerez y de Montilla-Moriles se agrupan en sus neveras, todos disfrutables por copas, lo cual supone una auténtica sacristía del vino generoso en el que tan pronto se puede beber desde apenas 1,70 euros hasta dejarse 30 euros por copa.
Manolo Cateca sirviendo una manzanilla y un fino
A gusto del consumidor, el despliegue de estrellas del Marco de Jerez y de Montilla-Moriles parece un all-star del vino. González-Byass, Lustau, Williams & Humbert, Tradición, Santa Petronila, Juan Piñero, La Inglesa, Alvear, Pérez Barquero…
El mantecaito de solomillo al whisky.
Sin embargo, no se va solo a la Taberna Manolo Cateca a beber, donde también se tira con arte la caña de Cruzcampo. También se come mucho y bien con referencias imprescindibles de la barra sevillana.
Es casa de guisos y cazuelas como que sale a costa de los huevos a la flamenca o de la sopa de tomate, pero también del cocido o del buen lustre que saca al cuchillo cortando chacinas y quesos. Tampoco faltan las salazones, como es evidente, con sus almendras o alguna lata de conserva que se sirve, como los mejillones, sobre pan de mollete.
Huevos a la flamenca con una copa de amontillado en rama Santa Petronila
Un arte imprescindible en el que también aparece la ensaladilla rusa, sin complicaciones y sencilla, pero también una de las estrellas de la casa y por la cual yo peregrinaría y aconsejaría peregrinar: el mantecaíto de solomillo al whisky.
Tierno, sabroso, de punto perfecto y maravilloso pan. Solo ya este montadito merece la pena el paseo hasta la Taberna Manolo Cateca, un templo al que custodiar y al que reverenciar cada vez que se pase por Sevilla.
En cuanto a lo que cuesta, solo el cielo es el límite, pero la realidad es que te puedes ventilar el montadito, un fino y pagar seis euros para haberte quedado como un auténtico rey.
Taberna Manolo Cateca
Dirección: Calle Santa María de Gracia, 13.
Horario: de lunes a sábado de 11:00h a 16:00h.
Teléfono: 657 59 05 09
Ticket medio: 12€
Imágenes | Jaime de las Heras
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