Hablar de palacios en la provincia de Sevilla puede resultar evidente. Florecida tras el Descubrimiento de América, Sevilla subió como la espuma más allá de la capital, convirtiendo algunos de los pueblos de la provincia en pequeñas y monumentales capitales.
Precisamente lo que le pasa a Osuna, una localidad que apenas llega a los 20.000 habitantes, pero que patrimonialmente es uno de los grandes tesoros no ya de Sevilla o Andalucía, sino de toda España.
De hecho, no extraña que gracias a este estado de conservación, Osuna haya sido el escenario de numerosos rodajes de películas y series de televisión, quizá siendo la más reciente de sus apariciones en la superproducción Juego de Tronos, que encontró además en otros escenarios hispalenses como los Reales Alcázares los elementos idóneos para representar al ficticio reino de Dorne.
Situada a unos 100 kilómetros al este de la ciudad de Sevilla, Osuna actúa como capital de la conocida comarca de la Sierra Sur de Sevilla, limítrofe con las provincias de Córdoba, Cádiz y Málaga, por lo que la posición de Osuna como cruce de caminos siempre ha sido fundamental.
De Osuna uno no debería marcharse sin dar un buen repaso a la famosa Colegiata de Santa María de la Asunción, el edificio más emblemático de la localidad. Erigida en el siglo XVI por empeño de los Condes de Ureña, posteriormente Duques de Osuna, la colegiata es una evolución de una parroquia local. Por este motivo, aunque su aspecto exterior nos remonte a ciertos preceptos renacentistas de cierta sobriedad, sus interiores son absolutamente fabulosos.
Pinturas y retablos de una decena de artistas de la época colman las estancias de la colegiata, destacando el impresionante Panteón Ducal, un trabajo donde el uso del pan de oro está más que presente y que constituye, junto a los retablos, uno de los elementos más distintivos de toda la colegiata.
Vista aérea de Osuna. ©iStock.
Ya fuera de ella, Osuna presume de haber sido sede universitaria. De hecho, en la actualidad la antigua Universidad de Osuna aún sirve como campus para algunos estudios de la Universidad de Sevilla. Aunque interiormente ha perdido todo diseño original, su estructura y fachada mantienen las proporciones renacentistas con las que fue erigida.
La calle Jaretilla, con vistas a la sierra y a la campiña sevillana.
Sin embargo, Osuna no es solo este par de monumentos. Largamente paseable, Osuna es una concatenación de palacios, casas solariegas, ermitas e iglesias, distribuidas por todo el casco histórico. Es el caso del Palacio del Marqués de la Gomera, por ejemplo, o la Plaza de Toros —que también apareció en Juego de Tronos— o la impresionante Casa de los Rosso.
Fachada del Palacio de la Cilla del Cabildo de la Catedral de Sevilla, con el detalle de La Giralda en el centro. ©iStock.
No obstante, citar todos los ejemplos de casas hidalgas que se reproducen por Osuna es una tarea agotadora y compleja, pues desde el siglo XVI la ciudad experimentaría ese boom demográfico que posibilitaría la instalación de casas nobles en estas tierras. Casi todo ello distribuido a través de la calle San Pedro, considerada por la Unesco como la calle más bonita de España.
De lo que también son testigos sus iglesias, ermitas y conventos. Un buen ejemplo de estos últimos es el Convento de la Encarnación, así como la Iglesia de San Carlos El Real, que son dos de los edificios religiosos mejor conservados y relevantes de Osuna. Municipio que, como es lógico, tiene una febril actividad en Semana Santa, con varias hermandades y cofradías procesionando por sus calles.
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