El pollo es una de las carnes más presentes en nuestras mesas a diario ya que es barato, con poca grasa si lo cocinamos sin la piel y con un sabor suave y adaptable a infinidad de preparaciones. Hoy vamos a preparar unas pechugas de pollo al balsámico para darles un toque algo diferente.
Es un plato que necesita muy pocos ingredientes y que podéis tener hecho en menos de media hora sin necesidad de prestarle mucha atención por lo que resulta ideal para prepararlo al volver del trabajo.
Cortar la cebolla en láminas y saltear en una cazuela con tres cucharadas de aceite, hasta que empiecen a dorarse. Trocear las pechugas en trozos grandes y salpimentar. Añadir en la cazuela y dorar por todos lados.
Cuando las pechugas estén doradas, añadir el vinagre balsámico y el tomillo, tapar la cazuela y dejar cocer durante unos diez minutos hasta que el pollo esté cocinado y la salsa haya reducido un poco. Rectificar de sal y pimienta.
Con qué acompañar las pechugas de pollo al balsámico
Podéis servir las pechugas de pollo al balsámico tanto para la comida como para la cena acompañadas de unas verduras salteadas, una combinación sana, ligera y sabrosa.
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