José Polo, copropietario de Atrio (Cáceres) lleva dos días sin casi pegar ojo. Y su pareja en la vida y los negocios, Toño Pérez, no debe estar mucho mejor. En la madrugada del miércoles dos huéspedes del hotel entraron en la bodega del restaurante, una de las mejores de España (entre las mejores del mundo) y se llevaron 45 botellas, valoradas en cientos de miles de euros.
No le importa contar lo ocurrido a la prensa porque quiere “pasar página”. Si contar lo sucedido, además, ayuda a encontrar a los responsables mejor que mejor, aunque no confía en ello. “Parece un robo que alguien haya encargado porque se han llevado cosas muy concretas”, explica a Directo al Paladar. “Se han llevado lo más caro. Cosas que no pueden poner a la venta, porque están numeradas”.
La policía no ha abandonado el hotel desde que tuvo noticia de lo ocurrido. “Se lo están tomando bastante en serio”, reconoce Polo. “Siguen buscando a ver si hay alguna huella”.
Los ladrones se marcharon pagando la habitación
Todas las líneas de investigación están abiertas, pero está claro que el robo ha sido cometido por dos personas que se hospedaron el martes en el hotel donde también está ubicado el restaurante y la bodega, imagina Polo que con documentación falsa. El resto es digno de una película.
“Llamaron al guardia de seguridad de noche y le dijeron que tenían ganas de comer algo”, explica Polo. “Les dijo que la cocina estaba cerrada, pero insistieron. Habían tomado el menú degustación, pero el chico pensó que debían comer mucho y, por no decirles que no, porque no les puedes decir que no a los clientes en un sitio como este, fue a prepararles una ensalada”.
Polo cree que, mientras la única persona que vigila el hotel de madrugada preparaba el refrigerio, los ladrones aprovecharon para colarse en la bodega, a la que pudieron entrar pese a contar con cerradura electrónica y cámara de seguridad.
“A las 5 de la mañana, han bajado con los vinos dentro de unas bolsas, han pagado con la Visa y se han ido”, explica el copropietaro de Atrio. “Hay que tener mucha sangre fría”.
Un robo millonario
Polo no sabe bien calcular la cuantía de lo robado, pero no es poco dinero, teniendo en cuenta que la más barata de las botellas sustraidas puede valer 20.000 euros y la más cara podría llegar a los 300.000.
“No es algo que se pueda cuantificar”, insiste. “No es el valor económico, el Chateau d´Yquem de 1806 no lo habría vendido por 350.000 euros ni por un millón si no me hubiera hecho falta”.
Esta botella ha sido protagonista de una de las historias más populares de nuestra gastronomía reciente. Al manejarla se rompió el cuello de la botella y la pareja tuvo que viajar a Burdeos, a la misma bodega, para con la ayuda de la enóloga de Yquem, Madame Garbey, trasladar el contenido a una botella nueva, sin que el vino se oxidase.
“Para nosotros es la perdida de una parte de nuestra historia”, explica Polo. “Pero bueno, la historia la voy a seguir contando. Ya pasó lo mismo cuando se rompió. Estuve hablando con un amigo, al que un distribuidor le había robado varios millones en vino, y tenía una sensación de violación. La verdad es que estamos disgustados, y entre hoy y mañana tendré unos días de luto, pero no pienso contribuir a ello. La vida continúa”.
En Directo al Paladar | Así es Torre de Sande, el nuevo restaurante en Cáceres de Toño y José, enfrente de Atrio: “Aquí guisamos, no hay nada de pincitas”
En Directo al Paladar | El misterio del robo de uno de los champanes más caros del mundo (que hizo que fuera aún más cotizado)