Comer más sardinas y anchoas y menos carne roja podría evitar hasta 750.000 muertes en 2050

Según un reciente estudio, sustituir el consumo de carne roja por peces forrajeros salvaría cientos de miles de vidas en los próximos años

Carne
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El exceso de consumo de carne roja en la dieta mundial preocupa desde hace años a la comunidad sanitaria internacional y sigue generando no pocas polémicas también en materia de sostenibilidad y promoción de las proteínas vegetales. Sin embargo, una investigación reciente apunta al mar como alternativa para reducir las muertes asociadas a las carnes rojas.

El estudio Unlocking the potential of forage fish to reduce the global burden of disease ("Liberando el potencial de los peces forrajeros para reducir la carga mundial de morbilidad"), publicado este 9 de abril en la revista BMJ Global Health, concluye que sustituir una parte del consumo de carne roja mundial por peces forrajeros marinos disminuiría el número de muertes entre 500.000 y 750.000 en 2050.

La investigación, cuya publicación ha sido revisada por pares, parte del objetivo de explorar los potenciales beneficios nutricionales que podría tener una dieta más rica en pescado azul en sustitución de la carne roja, más concretamente cambiando esta por peces forrajeros como sardinas, arenques, anchoas o boquerones.

Según los investigaciones, cada vez disponemos de más pruebas que vinculan el consumo de carnes rojas y procesadas con un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles de alta mortalidad, especialmente enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes y cáncer de intestino. El pescado azul, por contra, es rico en ácidos grasos poliinsaturados omega 3, proteínas de alta calidad, calcio y vitamina B12.

Sardinas

El estudio ha querido enfocarse en los conocidos como peces forrajeros marinos, de pequeño tamaño y que son naturalmente presa de depredadores más grandes, como las sardinas, pues además de más accesibles en todo el mundo su consumo también tiene una huella de carbono menor en el medio ambiente, señalan. Estos peces, sin embargo, se utilizan mayoritariamente para fabricar harinas y aceites.

Los autores del estudio, utilizando datos para el consumo proyectado de carne roja en 2050 para 137 países, crearon cuatro escenarios diferentes, cada uno de los cuales representa un patrón diferente de asignación de peces forrajeros a nivel mundial. Según sus conclusiones, el pescado forrajero podría proporcionar beneficios sustanciales para la salud pública, especialmente a la hora de reducir la aparición de enfermedades coronarias, una de las principales causas de muerte en todo el mundo.

Anchoas

Las reacciones al estudio recogidas por el SMC España son, en general, positivas. En opinión de Jesús Francisco García-Gavilán, investigador en CIBERobn y profesor de la Universidad Rovira i Virgili, coincide con las conclusiones de los investigadores. "La aplicación de políticas alimentarias a nivel nacional que favorecieran el consumo de pescado no solo produciría una mejora de la salud de la población española, sino que disminuiría el gasto sanitario y potenciaría el seguimiento de la dieta mediterránea y de la dieta atlántica".

De la misma opinión es Adrián Carballo Casla, investigador en el Aging Research Center del departamento de Neurobiología, Cuidados en Salud y Sociedad del Instituto Karolinska (Estocolmo). Sin embargo, señala una de las principales limitaciones del estudio: "no es posible determinar si los teóricos beneficios de la sustitución de carne roja por pescado pequeño en un país determinado se podrían aplicar a una persona concreta de ese mismo país".

Imágenes | Freepik/valeria_aksakova - wirestock - iStock

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