"Simplemente hay que aplicar el sentido común", explicaba Enrique García, portavoz de OCU, a LaSexta cuando se le preguntaba por una problemática cada vez más extendida entre bares y restaurantes: las cuentas de grupos que se dividen individualmente.
Tanto es así el hartazgo de los hosteleros que ya empiezan a plantarse ante una costumbre que, como se aprecia en locales de Málaga, ya advierte de antemano al consumidor: "no dividimos cuentas".
No es solo Málaga, claro. Madrid, Barcelona, Valencia y, en general, en prácticamente cualquier parte de España vamos a topar con la escena donde una mesa más o menos grande pretende que el camarero divida la factura y cobre a cada comensal por separado.
Pero, ¿es un derecho del consumidor? La realidad es que no, sino que es una especie de vacío legal donde el establecimiento, generalmente por amabilidad, permite esta solución que, en realidad, va en detrimento del servicio.
"Ralentiza el trabajo y, a menudo, descuadra la caja", advertía un camarero en Barcelona, preguntado por LaSexta. Se refiere así a esos grupos de 15 o 20 personas donde "cada uno quiere pagar a su conveniencia". Efectivo, tarjeta e, incluso, los famosos ticket restaurante forman parte de estas soluciones con las que el cliente, ateniéndose a un derecho que no existe, divide la cuenta.
En este sentido, lo que reivindicaba Enrique García es "simplemente hay que aplicar el sentido común", comentando además que "lo lógico es informar por parte de la empresa que presta el servicio y los clientes atenerse a estas circunstancias".
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