No hay nada como una buena salsa para transformar algo sencillo en un plato inolvidable. Este pollo, cocinado a fuego lento con crema y mostaza, tiene todo lo que buscamos en una comida reconfortante: sabor suave, textura melosa y ese punto justo de sabor que lo hace irresistible.
Se prepara con pechuga de pollo, nata líquida, un toque de mostaza Dijon, mantequilla, sal, pimienta y un toque de miel para aportar una pizca de dulzor.
Primero se dora bien la carne para que quede jugosa por dentro y doradita por fuera, luego se incorpora la mostaza y la nata, y todo se cocina a fuego lento hasta que la salsa espese y se impregne de sabor. El resultado es un plato meloso, sabroso y muy versátil. ¿Quieres prepararlo en casa? Apúntate nuestra receta:
Primero cortaremos las pechugas a la mitad a lo largo, de manera que obtengamos un par de filetes gruesos de cada pechuga. Volvemos a cortar estos filetes a la mitad, esta vez a lo ancho, de manera que obtengamos piezas de pollo más pequeñas.
Sazonamos la carne con sal, pimienta y ajo en polvo, y enharinamos bien.
En una cazuela mezclamos dos cucharadas de aceite de oliva con otras dos de mantequilla y cuando esté caliente, cocinamos las pechugas 4 minutos por cada lado. Reservamos.
En la misma cazuela, vertemos el caldo de pollo y removemos bien. Agregamos el resto de mantequilla, la mostaza y la miel y mezclamos a fuego lento hasta obtener una salsa homogénea.
Vertemos la nata líquida y cocinamos a fuego medio 5 minutos. Añadimos el pollo, y lo cocinamos todo junto a fuego bajo 15 minutos. Servimos espolvoreado con perejil picado.

Con qué acompañar el pollo a la crema
Nosotros hemos hecho una guarnición sencilla pero deliciosa que va a la perfección con esta receta de pollo, un puré de patatas casero y unas judías verdes cocidas. Aunque ciertamente, la salsa está tan buena que podrás preparar estas pechugas de pollo a la crema y acompañarlas con tu pasta favorita o arroz cocido.
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