Seguro que os habéis dado cuenta que últimamente ando muy oriental, que si sushi, que si alguna receta thai. El caso es que lo desconocido de toda su cultura gastronómica me atrae mucho, es navegar por aguas desconocidas y eso tiene un aliciente que a quien le gusta la gastronomía en toda su amplitud sabe agradecer. Pero se corre el peligro de no documentarse bien por eso me ha gustado mucho la información sobre los mitos falsos del Sake.
El primer mito del que habla es sobre la relación del Sake con el vino de arroz. Si bien es cierto que se fabrica con granos de arroz, hay que decir que el Sake no es un vino de arroz como el Mirin. El proceso de elaboración del Sake es más parecido al de la cerveza que al del vino, y se fabrica en instalaciones destinadas solo para producir Sake.
Por lo que parece en Estados Unidos se ha puesto de moda utilizar Sake de mala calidad en combinados para emborracharse y ligar. Bueno, aquí se hace con otras cosas. Por lo que parece que ha crecido una creencia popular que indica que sirve para enamorarse. Y nada más lejos de la realidad.
El Sake da una resaca muy mala. Es otro mito, realmente lo que da resaca de algo es beber con imprudencia. Dónde explican estos mitos (en el vía) indican que el Sake tiene sulfitos y que como tal esto puede dar lugar a dolores de cabeza en personas sensibilizadas a estos elementos, presente por otra parte el vino.
Tal vez por los mitos anteriores se piensa que el Sake es barato. Pero hay Sabes premium que cuestan bastante dinero. Eso sí, se puede aprovechar mejor que el vino, ya que dura más tiempo abierto sin estropearse. En fin, una serie de detalles que seguro que desconocíamos sobre el Sake y que nos puede venir bien si queremos acércanos un poco más a una bebida con muchos aspectos culturales.
Vía | Serious eats (en)
Fotos | Martin Cathrae | Charles Haynes
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