Seguramente te escame ver cómo compras un kilo de patatas en el supermercado y comprobar que en cuestión de pocos días empieza a desarrollar brotes. Pocos comprenden que la patata es un tubérculo y que, como ser vivo, cuando encuentra las situaciones propicias para rebrotar y germinar, lo hará.
Por este motivo, entre otras razones, se recomienda que las patatas se conserven en un lugar fresco, seco, oscuro y bien ventilado. Lo que tampoco tanta gente sabe y, seguramente, piensen que se debe a un problema de la patata 'moderna' es por qué las patatas que compras en la actualidad acaban brotando pronto.
Si tienes algo de memoria o mayores en casa, seguramente recuerdes –o te recuerden– que podían tener una cantidad ingente de patatas en casa y que rara vez las verías germinar. A veces, incluso, sin mantenerlas en las condiciones antes citadas donde la temperatura o la luz pueden estimular la brotación de las patatas.
También podemos caer en el tópico de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Algo muy habitual en el mundo de la cocina y de la gastronomía, creyendo que los alimentos del pasado eran mejores, más sabrosos y más seguros. Lo cierto, si atenemos a la realidad, es que en términos de seguridad alimentaria nunca el ser humano había tenido tanto conocimiento y control sobre lo que come y sobre lo que se añade en los alimentos que va a consumir.
Os preguntaréis qué tiene que ver todo esto con las patatas germinadas. Pues, como explica el tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña, conocido por su blog Gominolas de Petróleo, bastante más de lo que pensáis.
Respondiendo a un usuario en X, la red social antes conocida como Twitter, Lurueña hace mención a un fenómeno a medio camino entre la nostalgia y la seguridad alimentaria. El usuario en cuestión subía una foto de unas patatas que había comprado hacía apenas 15 días y que ya empezaban a brotar, comparándolas con el recuerdo de sus padres, con sacos de 50 kilos de patatas, y donde solo algunas echaban raíces al final.
La respuesta, según Lurueña, es sencilla: "Antes las patatas tardaban más en germinar que ahora porque se espolvoreaban antigerminantes sobre ellas, concretamente clorprofam". Este compuesto, añade, "fue prohibido en la Unión Europea hace tres años por los posibles riesgos para la salud que podía suponer su uso".
Lo cierto, como vuelve a incidir, es que las patatas van a rebrotar y germinar cuando tienen la temperatura y luz adecuadas, cuestiones que gastronómicamente no nos interesan. Cuando la patata verdea, aumenta la concentración de la solanina, un alcaloide potencialmente tóxico, razón por la que debemos pelar bien las patatas que empiecen a verdear, además de cortar todos los brotes.
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En DAP | Patata nueva
En DAP | Patatas fritas
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