Este interesante tema se abordó ayer en el curso “Alimentación y Sociedad”, celebrado por la Universidad de Oviedo. La historiadora e investigadora en el CSIC, María del Carmen Simón, desveló un sinfín de curiosidades sobre los hábitos alimenticios de los reyes, y en especial de la casa de Austria.
Los Austria eran poco amigos de la comida saludable. Su menú consistía básicamente en carne de cordero asada, rodeada de tocino con mucha grasa; la caza también era una constante en sus comidas. Es curioso, como comenta la historiadora, que estaban aconsejados por sus médicos. Los doctores de la época desaconsejaban las frutas y las verduras, ya que era comida de pobres, del pueblo raso.
Sin embargo, la nutrición en palacio evoluciona y en 1700 contratan a los cocineros, hacen más platos e incorporan nuevos alimentos. Aquí juega un papel fundamental los productos procedentes del nuevo continente como la patata o el tomate. Así se hacen nuevas salsas, quesos… Incluso las bodas y alianzas tuvieron mucho que ver en este cambio de hábitos alimenticios. Con la llegada de reinas extranjeras, por ejemplo italianas, también llegaron productos típicos de su tierra como los macarrones.
María del Carmen Simón también hizo hincapié en el poder que tenían los cocineros de la corte: “Los reyes siempre iban con su médico, su cocinero y su confesor. Siempre eran las tres figuras que asesoraban al monarca. Los cocineros tenían importancia, pero en la sombra.”
Y si damos un pequeño salto en la historia hasta nuestros días, llegamos a los Borbones. Pero poco sabemos de su alimentación, ya que hasta pasados ochenta años no puede consultarse la documentación oficial. Y aunque sean reyes, comen como nosotros: la reina es vegetariana y al Rey les gusta comer mucho. Una curiosidad, que comenta la historiadora, respecto a la Casa Real es que no se conserva ninguna imagen de los reyes comiendo. Aún hoy en día está prohibido y procede de un mandato real de hace mucho tiempo, que sigue vigente.
Vía | La Nueva España