Jaime de las Heras
Editor SeniorLas patatas cocidas son una guarnición fácil y sencilla para todo tipo de platos, pero también un pequeño martirio para pelarlas con las manos tras haberlas cocinado.
Ingrediente fundamental de platos tan elementales como la ensalada de patata o la ensaladilla rusa, la patata cocida también es importantísima –como no podía ser de otra manera– en el puré de patatas.
Al contrario de lo que pasa con otras recetas de este estilo, el puré de patatas pide que las patatas que cozamos para elaborarlo vayan en entero y, a ser posible, con piel.
No es un capricho, es lo más práctico si quieres que las patatas mantengan sabor y textura, pero hay que pagar un peaje: pelarlas en caliente. Algo que no suele ser plato de buen gusto y que acaba, si tenemos que lidiar con un buen número de patatas, abrasándonos las yemas de los dedos por una buena causa.
Pero hay una forma tonta de no tener que quemarnos, dando buena cuenta de las patatas cocidas y manteniendo su piel. El gesto, de puro evidente que es, lo aprendimos en Instagram y nos va a permitir conservar la calidad de la patata y no andar soplándonos los dedos.
Lo único que tienes que hacer es, antes de echar las patatas a cocer, marcar el contorno de la patata con un cuchillo, haciendo un pequeño corte a lo ancho de la patata.
Parece una nimiedad, pero cuando termines de cocer las patatas, esta marca no solo se habrá ensanchado un poco, sino que permitirá que puedas pelar las patatas estirando con los dedos hacia las puntas, con un sencillo gesto de los pulgares, facilitando mucho la tarea y ahorrándote la quemazón.
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