La Unión Europea aprobará el mayor paquete de medidas para el vino en una década, pero es un regalo envenado para algunas bodegas

The Wine Package abre la mano a vinos desalcoholizados o a financiar enoturismo, pero también a ciertas restricciones de replantación

The Wine Package
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Jaime de las Heras

Editor Senior
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Jaime de las Heras

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The Wine Package es su nombre y pretende ser el sostén, al menos a medio y largo plazo, del futuro del vino en Europa. Convertido en un auténtico manifiesto de las intenciones comunitarias a la hora de defender el sector vitivinícola, 'el Paquete del Vino' es el programa de medidas que la Unión Europea ha promulgado, como salvavidas, para un sector sometido, principalmente, a dos cuerdas que amenazan su cuello.

Por un lado, el cambio climático y, por otro y no menos importante, un mercado que rota hacia beber menos vino y en el que los jóvenes no han llevado a cabo ese relevo generacional que mantenga el consumo en las mismas condiciones que hace décadas. 

Entre medias, dilemas clásicos que han llevado al sector a un punto de inflexión donde, por ejemplo, se están tomando medidas de arranque de viñas en algunas zonas de Francia, además de favorecer la elaboración de otros productos –como la destilación del alcohol– o primar la cosecha en verde para la reducción de rendimientos de la vid.

The Wine Package, que además se ha aprobado con una mayoría abrumadora (43 votos a favor, ninguno en contra) por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo está pendiente de pasar su validación definitiva en el Parlamento Europeo el próximo mes de enero.

Vinos sin alcohol, más promoción y fondos para enoturismo

Vinedo Wine Package

Sin embargo supone, entre otras cosas, abrir la veda a nuevas referencias, permitiendo los vinos sin alcohol (siempre y cuando tengan un máximo de 0,05 % de alcohol) o 'alcohol reducido', siempre y cuando se aplique a vinos que tienen un 30% de grado inferior al de su categoría.

Del mismo modo, se pone negro sobre blanco en las herramientas comunitarias –y nacionales– para reducir los excedentes, el gran caballo de batalla de un sector que sigue produciendo como si todo el vino se consumiera, por lo que se facilitarán ayudas para arrancar viñas, vendimiar en verde o la destilación de crisis.

El paquete de medidas permitirá financiar actividades de enoturismo y da más manga ancha a vinos con menos alcohol.

A todo ello también se apunta con manejos presupuestarios más flexibles, como trasladar los fondos no gastados al año siguiente, los aumentos de las ayudas o, y sobre todo, dar mucho más margen a la promoción del vino y al enoturismo, una realidad que el sector llevaba pidiendo desde hace años, marginado por el contenido alcohólico que impedía un acceso sencillo a determinadas inversiones como sucede con el enoturismo. 

En este caso, The Wine Package sí abre la puerta a que el enoturismo sea una actividad financiable con dinero público, además de que permitirá también que estrategias promocionales –como ferias, publicidad o campañas– se puedan financiar también con fondos de origen público.

Lo que no sabe, al menos de momento, es de quién va a depender esa financiación pública, por lo que, de momento, las intenciones comunitarias son un brindis al sol que pasarán paulatinamente a los tejados del resto de administraciones. 

El factor de la replantación: un matiz relevante en las figuras de calidad

Vendimia Wine Package

Sin embargo, de todo el ambicioso proyecto, hay un matiz que no es del gusto de todos los elaboradores y que se puede considerar un tipo de amenaza, enfocado a favorecer figuras de calidad como las denominaciones de origen protegidas (DOP) y las indicaciones geográficas protegidas (IGP).

Generalmente bien vistas, ambas figuras son, en la teoría, un refrendo de un sello cualitativo que salvaguarda la calidad de un vino, ofreciendo estándares más altos que los vinos que carecen de este sello.

Los estados podrán bloquear la replantación de viñedos fuera de norma DOP o IGP si están en territorios elegibles. 

Pero, ¿qué pasa si haces un buen vino que no está dentro de una DOP? Aquí viene la amenaza velada a esos productores con la letra pequeña más severa de The Wine Package: la replantación, como explican desde Vinetur.

En este supuesto, los estados miembros se guardan el derecho a prohibir la replantación de viñedos en zonas susceptibles ser de DOP o IGP, pero que se utilicen en vinos fuera cualquiera de las dos normas.

Lo que puede ser, a priori, una medida de protección de la calidad (sin estas garantías, no replantas y no produces), también puede ser una amenaza para productores que hagan buenos vinos, pero no se vean representados por esas figuras de calidad, sus pliegos de condiciones o sus maneras de entender la forma de trabajar.

Dependerá cómo se use, evidentemente, y de quién es la decisión final –en caso de que se limiten las replantaciones–, pero es una situación que puede darse en un futuro no tan lejano: no imposible, pero sí plausible. 

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