Los limoneros son árboles frutales, llenos de vida y aportan una bonita presencia en cualquier espacio en el que se posan, de modo que su cultivo es estupendo para las estancias del hogar.
Cultivar un limonero en casa es muy sencillo y puede hacerse a partir de semillas, aunque esta solución requerirá más tiempo que comprar una planta en crecimiento.
Una desventaja que hay que tener presente en el caso de plantar limoneros es que no se puede saber desde el principio si el limonero plantado dará lugar a flores y frutos. En cualquier caso, sus brillantes hojas resultan de lo más decorativas.
Pese a todo, iniciar un limonero desde cero es una tarea muy reconfortante, pues, aporta esa especie de sensación ligada a la creación de algo nuevo, y nos permite hacer de jardineros.
Semillas frescas
En primer lugar, basta con dotarse de unas semillas de cualquier limón, eso sí, lo mejor es que el limón se haya recolectado directamente de un árbol frutal y no de un ejemplar de supermercado para garantizar que esas semillas sean capaces de germinar y no tengan inhibida su germinación.
Por ello, estas semillas deben estar lo más frescas posibles, tener formas redondeadas y no de deformidades. Asimismo, hay que elegir entre las más gruesas para garantizar su éxito en el cultivo.
A la hora de preparar estas semillas se pueden dejar en remojo en un vaso de agua fresca durante un par de días, lo que acelerará y activará su germinación.
Secar y plantar
Después de este proceso, será preciso lavarla y secarlas para evitar la aparición de y plantarlas en un poco de tierra tipo sustrato universal de venta en la mayoría de comercios dispuesta en una maceta.
En cada maceta pueden plantarse varias semillas con una distancia de unos tres centímetros para que la planta pueda tener suficiente espacio en caso de arraigar. Otra opción es usar envases de lácteos para darle su espacio a cada planta.
En cuanto al cuidado de esta planta en ciernes, hay que colocar la maceta en un lugar cálido y con luz solar suficiente y tratar de mantener la tierra húmeda pero no encharcada. Esto se puede conseguir tapándola con un plástico como por ejemplo una botella con agujeros.
Foto | Freepik
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