11 mitos y falsas creencias sobre las setas silvestres que pueden poner en riesgo tu salud

Todavía persisten ideas erróneas sobre las setas silvestres que pueden desembocar en una intoxicación

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Las lluvias de otoño llenan de esperanza a los corazones de los amantes de las setas, tanto de quienes disfrutan devorándolas como de quienes se lanzan a su caza silvestre. Salir a buscar setas es una actividad más que recomendable, siempre que no olvidemos que también tiene sus riesgos, y no son para tomarlos a la ligera.

En España hay más de un millar de especies de setas , pero solo un pequeño porcentaje es apto para el consumo. Si bien son seis las setas comestibles más comunes, es cierto que podemos localizar, con suerte, muchas más en estado silvestre, y hay que estar muy seguros de no confundirlas con hongos tóxicos.

Como recuerdan desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, cada año se producen numerosas intoxicaciones por consumo de setas tóxicas en España, y algunas pueden tener consecuencias muy graves, llegando incluso a la muerte. Siempre es mejor prevenir que curar, y todas las precauciones son pocas cuando se trata de nuestra salud.

Todo aquel que no sea un entendido o tenga conocimientos adecuados sobre los tipos de setas silvestres y cómo distinguirlas de las no comestibles, debe consultar con expertos o profesionales. Incluso quien ya cuente con experiencia en este campo, ante la mínima duda, lo mejor es comprobar con total certeza si una seta es o no apta para el consumo.

Falsos mitos sobre las setas silvestres

Uno de los grandes enemigos a la hora de prevenir intoxicaciones por hongos es el desconocimiento, a menudo infundado por una serie de mitos y falsas creencias que solo confunden y aumentan los riesgos. El saber popular no siempre es el más recomendable.

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Estos son, como recogen en los servicios de Salud de la Comunidad de Madrid, los mitos más extendidos que debemos desterrar para siempre.

  • "Aquí no hay setas tóxicas". Persiste la idea de que en algunas zonas no existen o no crecen hongos venenosos, cuando lo cierto es que pueden aparecer en cualquier parte.
  • No por crecer en madera son comestibles. Hay algunas especies de setas muy venenosas que también se desarrollan habitualmente en tocones de troncos de árboles.
  • Ni en los prados. Otra idea aún extendida es que solo hay setas tóxicas en bosques y zonas sombrías. También en las praderas y zonas soleadas podemos encontrar ejemplares peligrosos, como los géneros Clitocybe, Entoloma, o Inocybe.
  • Las setas no se convierten en tóxicas. Las especies que son venenosas, lo son por su propia naturaleza, siempre. Hay quien defiende que una seta comestible puede volverse tóxica por la acción de otras plantas venenosas, animales o materiales metálicos.
Setas
  • Tampoco se vuelven comestibles. Aunque las babosas y los limacos pueden morder o alimentarse de setas tóxicas para los humanos, no quiere decir que las conviertan en seguras. Estos animales son más resistentes a las toxinas.
  • Da igual que cambien de color. La idea de que al tocar o cortar la seta, si cambia de color, es venenosa, es falsa. Hay hongos seguros que también lo hacen (champiñones, boletus, níscalos) , y otros que sí son tóxicos que no manifiestan ese cambio de tono.
  • El anillo y la volva no indican nada. Es otra creencia errónea el que las setas con anillo y/o volva sean tóxicas. La Amanita caesarea tiene ambos y es comestible, mientras que la mortal Cortinarius orellanus, no tiene anillo ni volva.
  • Ni plata ni ajo. Cocinar una seta con una pieza de plata o dientes de ajo tampoco sirve para identificar las setas tóxicas. Algunas personas afirman que estos productos se ennegrecen si la seta es venenosa, pero no todas lo hacen, ni todas las que ennegrecen son incomestibles.
  • Marinar con vinagre, sal o aceite es inútil. Ninguno de estos productos, ni ningún otro, es capaz de eliminar las toxinas de las setas venenosas.
Boletus
  • La cocción no las hace comestibles. Si una seta es venenosa, seguirá siéndolo una vez cocinada. No sirve ni hervirla en agua mucho tiempo para desechar ese líquido, ni asarla, ni freírla. Las toxinas resisten las altas temperaturas.
  • Hay setas peligrosas sabrosas. Es cierto, no podemos guiarnos tampoco por el olor o el sabor. Se sigue pensando que las venenosas serán desagradables o amargas, pero hay especies, como el hongo Entoloma lividum, que engaña porque resulta sabroso y agradable.

Las setas tóxicas son una realidad y pueden confundir hasta al setero con más experiencia. Hay que estar 100 % seguros de que nuestra recolección es comestible, y, si hay dudas, consultar con expertos. Ante el mínimo síntoma o sospecha de intoxicación, se recomienda llamar al 112 o al Instituto Nacional de Toxicología (91 562 04 20), o acudir a servicios de urgencias, preferiblemente con una muestra cruda de las setas ingeridas.

Setas (Miniguias de bolsillo)

Fotos | kamchatka - wirestock - Alexander Schimmeck

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