Todos tenemos un amigo que tiene un primo que conoce a alguien que una vez hizo un pastel, una tarta, una galleta o un bizcocho de marihuana. Puede que incluso vosotros mismos hayáis probado algo de repostería con cannabis y también lo hemos visto en películas como High School o Hall Pass (Carta Blanca).
La mayoría de las veces suena a leyenda urbana, pero la realidad es que >la utilización de marihuana en los alimentos es algo que se remonta a miles de años atrás, mientras que fumarla es algo relativamente reciente, y ha ido aumentando desde el siglo XVI. Pero, ¿podría ser que acabemos encontrando brownies y galletas con marihuana en las estanterías del supermercado?
¿Galletas y bizcochos de marihuana en el supermercado?
Suena a pregunta tonta, pero desde que hace un año se legalizara la marihuana de uso recreativo en el estado de Colorado (Estados Unidos), el éxito de los productos comestibles de marihuana no ha hecho más que crecer. Existen muchas empresas especializadas en su producción, como Sweet Grass Kitchen, que en su gran cocina montada en un trailer cultivan y preparan un amplio abanico de dulces con marihuana, desde galletas hasta brownies, normalmente empaquetados en dosis equivalentes a fumarse un porro.
Y es que la cuestión de la dosis no es algo banal. La marihuana consumida de forma oral no afecta de la misma manera a nuestro organismo que si la fumamos. El THC, la sustancia psicoactiva que contiene la marihuana, se absorbe más lentamente, lo cual hace que tardemos mucho más en sentir los efectos, al menos entre una y dos horas desde la ingesta. Pero cuando llegan esos efectos, son más fuertes y duran más, tal como explica Lisa Marks.
Esto hace que sea más fácil de sufrir una intoxicación, ya sea por puro desconocimiento o porque pensamos que no nos está haciendo efecto, lo que produce casos como los estudiantes hospitalizados en Madrid por comer un pastel con marihuana o los jóvenes intoxicados en Oviedo por comer una tarta de marihuana que había hecho la madre de uno de ellos.
Es por eso que en Colorado se está obligando a los productores a vender estos dulces en dosis individuales e indicando la cantidad de THC que contiene cada envase, para que el consumidor disponga de esa información y evitar así una sobredosis, que si bien no es mortal, no es un "viaje" demasiado agradable, y es muy probable que se requiera atención hospitalaria.
¿Pueden cruzar el charco los productos comestibles de marihuana?
Aunque la marihuana legalizada no es novedad (Holanda siempre ha sido la referencia), es probable, o al menos plausible, que si en el resto de Estados Unidos prosperan leyes similares a la de Colorado, acabemos adoptando medidas parecidas en Europa.
Al otro lado del atlántico hay posturas para todos los gustos. Hay quien defiende que la legalización ofrece un mayor control sobre el producto y permite informar a la población sobre los riesgos y recomendaciones para su consumo. También es una fuente para obtener ingresos mediante impuestos, que antes se quedaban en el mercado negro.
También, lógicamente, hay quien defiende la postura contraria. Un caso de gran repercusión en Estados Unidos fue el de Maureen Dowd, quien tuvo una mala experiencia tras dar dos mordiscos a una chocolatina con marihuana, tal como nos cuenta en su columna del New York Times:
Durante una hora, no noté nada. Así que pensé en encargar comida al servicio de habitaciones y volver a mi selección de drogas habitual: Chardonnay y películas mediocres. Pero entonces noté un escalofrío recorrer mi cuerpo. Casi llego de la mesa a la cama, donde me quedé acurrucada en una alucinación que duró ocho horas. Tenía sed, pero no podía moverme a coger agua. Ni siquiera apagar las luces. Estaba jadeante y paranoica, convencida de que cuando el camarero del servicio de habitaciones llamara a la puerta y yo no respondiera, llamaría a la policía y me arrestarían por no ser capaz de soportar un mordisco de un caramelo.
De momento, estas chocolatinas, bizcochos, brownies y galletas de marihuana solo se venden en tiendas con una licencia especial en el mencionado estado de Colorado, pero grandes cadenas de alimentos orgánicos como Whole Foods no descartan la inclusión de productos con marihuana si la ley evoluciona y existe una demanda. Así que tampoco es de locos imaginarse un futuro en el que ir al supermercado y traerse a casa unas galletas de la risa en la cesta de la compra.
Y vosotros ¿Tenéis alguna experiencia con repostería con marihuana? ¿O solo sabéis de un amigo de un vecino de vuestro concuñado que la probó un día en una fiesta?
Imágenes | Sweet Grass Kitchen
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