Siendo Directo al Paladar un blog que habla sobre gastronomía, no hace falta que explique demasiado quién es el chef José Andrés. Aunque para refrescar un poquito la memoria y para los nuevos en este apasionante mundillo, podemos decir que es un chef español, que se marcho a Estados Unidos de América cuando tenía veintiuna primaveras y que a lo largo de los años ha conseguido que los estadounidenses se aficionasen a los pinchos y a la cocina española. De hecho, se puede decir que allí es mucho más conocido que el mismísimo Ferrán Adrià.
Sobre el G-8, tampoco hay que explicar mucho, pero haciendo un pequeño resumen, es un grupo de países industrializados del mundo, cuyo peso político, económico y militar es muy relevante a escala global. Está formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia. Los dirigentes de estos países se reúnen de tanto en tanto para buscar soluciones y organizar estrategias comunes, con el fin de hacer frente y defenderse de los problemas que amenazan a dichos países, pero claro está, siempre en función de sus propios intereses.
¿Qué es lo que hace que la próxima cumbre, programada para el diecinueve de mayo, sea especial para nosotros? muy sencillo, ha salido a la luz pública que el chef José Andrés se hará cargo de preparar los almuerzos de la cumbre.
Así dicho, a bote pronto, puede parecer que no es algo demasiado importante, pero si tenemos en cuenta que el chef va a ser la única representación española en la cumbre la cosa tiene su miga. Codearse, alimentar, apaciguar el apetito y el ansia de tan ilustres personalidades, es una gran responsabilidad.
Sabemos que son muchos los países que hay en el mundo, si no me equivoco más de doscientos treinta. Esta cumbre es para arreglar solo y exclusivamente los problemas de muy pocos de ellos, ocho concretamente, pero estos pocos tienen tanto poder, que si arreglan sus problemas domésticos, en el resto del mundo respiraríamos profundamente de purito alivio. Quizás entonces, esta misma élite decida que es un buen momento para pensar en los problemas de los menos privilegiados.
Ahora, el trabajo de nuestro querido José Andrés es decidir qué hacer con los estómagos de estos comensales. Puede plantearse saciar su hambre totalmente, de manera que les produzca paz, tanto física como espiritual, y que esta "calma" les ayude a tomar reposadas decisiones, o bien puede decidir dejarlos pasar hambre, ya que todos sabemos que el hambre agudiza el ingenio y quizás con este extra de ingenio, encuentren una solución revolucionaria a todos los problemas de la humanidad.
Desde luego, sea lo que sea lo que les preparé, estamos seguros que será más que exquisito, y que de alguna manera nuestro país estará representado en tan importante cumbre.
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