La semana pasada lancé unas sencillas preguntas a los lectores de DAP, relativas a la alimentación y la cocina en general. Trataban de conocer vuestra opinión sobre 5 aspectos concretos, la posible mejora de la alimentación, cómo llevar una buena dieta, qué nos impide cocinar más, qué nos es más cómodo a la hora de comprar alimentos y la opinión que se tiene sobre los alimentos transgénicos. Veamos las respuestas.
¿Crees que ha mejorado la alimentación en los últimos años? ¿Por qué?
En general aquí la respuesta ha sido casi unánime. Casi todos percibimos una mejora en la alimentación en los últimos años. Sobre todo en cuanto a variedad, e información. Donde surgen más discrepancias es en cuanto a la calidad. Algunos comentarios apuntan a que también nos "cuelan" muchos productos que poco o nada tienen de mejora con respecto al pasado. Estoy de acuerdo. Sin embargo, sí que me parece fuera de toda duda que se ha mejorado y mucho. Etiquetados, variedad, control, calidad, son hoy mucho mejores que hace años.
Un detalle personal. Mi primer contacto con las dietas restringidas fue con una persona celíaca. Me contaba cómo ella misma se tenía que hacer el pan, y eso solo ocurrió cuando ya se empezaron a comercializar harinas. Al principio, el único pan que podía tomar, era una especie de tostadas sin gluten. Tostadas, por cierto, que a mi me encantaban. Eso fue hace unos 25 años. Hoy en día, casi todos los supermercados tienen panes sin gluten. Creo que esta mejora se nota sobre todo, en los extremos.
¿Cuál crees que es la mejor forma de llevar una buena dieta? ¿Por qué?
Aquí las opiniones, como cabía esperar son muy diversas. Es curioso que, a pesar de que todos reconocen que hay una mayor información, eso no nos lleva a comer mejor en conjunto. La información, por sí sola, no produce ningún cambio. Buena prueba de ello es ver a los profesionales sanitarios fumando a las puertas de los hospitales. Además de información hacen falta técnicas, por eso preguntaba.
Algunos comentarios ponían el foco en la necesidad de fijarse en alimentos con el mayor número de nutrientes posibles. Como comenté hace tiempo, coincido. Fijarse solo en las calorías y no en los nutrientes es un error. También en la necesidad de planificar las comidas. Como ya comenté en su momento, puede ser algo clave aplicar un poco de GTD en la cocina.
Otro aspecto muy comentado fue el de la necesidad de variar la dieta, señalando la diversidad y variedad como algo positivo. Yo también coincido, pero hay que señalar que hay algunos estudios que indican que cierta monotonía en la dieta está asociada a una menor ganancia de peso. Tengo mis dudas. En realidad creo que tiene que ver más con la planificación, que con la monotonía en sí.
Un comentario interesante fue este
Conozco personas que no les gustan determinados alimentos y fracasan porque no les gustan los menús que les proponen. En seguida me vino a la mente la Dieta Dukan. Puede funcionar, pero está tan alejada de nuestra forma de vida, que está condenada al fracaso.
Me gustaría poder cocinar más (o menos) pero me lo impide…
A casi todos nos gustaría sacar más tiempo para cocinar más, y a casi todos nos lo impide nuestra forma de vida de una forma u otra. Los fines de semana suelen ser donde encontramos el momento para cocinar platos más elaborados. También hay quien siempre encuentra tiempo para cocinar y lo hace porque lo considera algo muy importante.
En general creo que, como señalaba un comentarios, la cocina hoy en día, también compite con muchas otras aficiones de nuestro tiempo libre. Desde escribir posts en un blog, hasta irnos a correr. Y todo no puede ser. La parte positiva es que ahora, hay veces que cuando nos ponemos a cocinar podemos hacerlo más por puro placer y para experimentar o probar nuevas recetas.
Prefiero comprar en un supermercado porque… Prefiero comprar en comercios locales porque…
Respuesta casi unánime. Casi todos reconocemos la comodidad y variedad que podemos encontrar en un supermercado, pero por otro lado, también reconocemos que el comercio de barrio, puede ofrecernos una atención mucho más personalizada que valoramos mucho. Lo que no tengo tan claro es que nuestras acciones, en conjunto, digan esto. Conocer personalmente al tendero del barrio es bueno, pero al final el precio siempre acaba jugando un papel decisivo en nuestras decisiones. El valor del comercio local es el de convertirse en consultores de nuestra comida. Creo que es ahí donde el comercio local tiene una vía.
Por ejemplo, si en una frutería local, los precios son más caros, pero me animan a hacer recetas, o me sugieren técnicas nuevas, etc... podría estar dispuesto a decantarme por ellas.
Los alimentos transgénicos me parecen…
Las respuestas a esta pregunta me han sorprendido por un motivo. Salvo una respuesta, ahora mismo parece que nadie duda de que los alimentos transgénicos son seguros para el consumo. Los rechazos más importantes son derivados del posible uso de la industria de los mismos. Aún así, llama la atención, que tras 20 años de consumo de estos alimentos todavía hay quien piense que no están bien o suficientemente estudiados, siendo, con diferencia, el producto más analizado y controlado que hoy en día nos podríamos llevar a la boca.
Tengo la impresión que, como en mi propio caso, el peso de la evidencia va haciendo que veamos a los transgénicos como lo que son, más allá de los intereses particulares de determinados sectores de la industria. Como una gran oportunidad, y como una técnica más que, convenientemente controlada, nos puede ofrecer más variedad y menor impacto. Aun así, está también claro en los comentarios que todavía hay muchas dudas al respecto.
Por supuesto, agradeceros vuestros comentarios la pasada semana, e invitaros a seguir comentando hoy cualquier otro aspecto nuevo sobre estas cuestiones.
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