Una opción poco complicada para servir de postre en fin de año además de los clásicos turrones y las uvas de la suerte, son los vasitos. En este caso y para esta fiesta me he decantado por unos de mousse de crema de orujo, tan sencillos de preparar que con solo cuatro ingredientes lo tienes listo.
Tan solo necesitas de tiempo cuatro horas antes de la llegada de la cena y podrás disfrutar de un postre con una textura absolutamente cremosa, con un toque a la sabrosa bebida a base de aguardiente y perfecta para acompañar ese café de medianoche que en fin de año todos necesitamos para sobrellevar la entrada al año nuevo.
Comenzaremos hidratando las hojas de gelatina en agua bien fría durante 10 minutos. Por otra parte ponemos en un bol la nata fría y vamos montándola con unas varillas o una batidora añadiendo el azúcar glas poco a poco hasta que la nata esté semimontada o forme picos no demasiado duros. Reservamos en nevera.
En un cazo calentamos la crema de orujo hasta aproximadamente 60 grados, retiramos del fuego y le añadimos las hojas de gelatina bien escurridas. Removemos para que estas se disuelvan.
Mezclamos con la nata semimontada removiendo con unas varillas realizando movimientos envolventes y lentos hasta que tengamos una mezcla homogénea. Pasamos a una manga pastelera con boquilla rizada y repartimos en vasos de chupito. Decoramos con almendras garrapiñadas y dejamos gelificar un mínimo de 2 horas.
Con qué acompañar la mousse de crema de orujo
Nada mejor para acompañar esta mousse de crema de orujo que un buen pocillo de café expreso. También podéis sustituir las almendras garrapiñadas por bolas crujientes de chocolate negro, trocitos de muesli o si queréis darle un toque más navideño, migas de galletas speculoos molidas.