En estos meses de frío apetece abrazar la cocina tradicional, de fuego lento, con recetas como esta que os recomendamos recuperar hoy: el rabo de toro a la cordobesa.
Aunque es una elaboración que da respeto, en realidad es mucho más sencilla de lo que parece: no es para nada difícil, lo único que demanda es tiempo, pues un buen rabo de toro necesita cocinarse a fuego lento durante unas tres horas para que quede bien jugoso.
Por lo demás, solo hay que elaborar un sofrito con cebolla, ajo, tomate y zanahoria y dejar que el rabo de toro –que en realidad, casi siempre, es de ternera– se cocine muy lentamente en vino fino y agua. Tampoco hay que estar toda la cocción vigilando el plato, solo echarle un ojo de vez en cuando y controlar que no se quede sin líquido.
Desde un punto de vista nutricional, el rabo de toro es sorprendentemente saludable. A pesar de ser un plato rico y robusto, la carne de toro es conocida por su alto contenido de proteínas y bajo en grasa, especialmente si se retira el exceso que suelte antes de servir. Además, los vegetales añaden una buena dosis de vitaminas y minerales, haciendo de este guiso una opción equilibrada y nutritiva.
Amontillado Sherry N.P.U. - 750 ml
El rabo de toro se acompaña tradicionalmente de patatas fritas, aunque dado lo contundente del mismo tampoco le va mal una ensalada.
Para beber, nada mejor que un vino tinto con algo de cuerpo o, mejor aún, un buen amontillado, que esta no deja de ser una receta típicamente cordobesa.
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