Tanto para acompañar una carne o pescado a la plancha, como para añadir un punto diferente a una ensalada, a esta receta de tomates confitados al horno creo que le vais a sacar mucho provecho.
La cocción al horno a baja temperatura les da un aspecto diferente al clásico tomate asado y además les añade, al llevar una pequeña cantidad de azúcar entre sus ingredientes, un punto de dulzor muy agradable. Yo desde que los he descubierto preparo a menudo una tanda grande que voy utilizando ahora que las recetas con el buen tiempo son más frescas y ligeras.
Comenzaremos precalentando el horno a 120 grados con calor arriba y abajo. Lavaremos los tomates y los cortamos a la mitad o en tres rodajas gruesas.
Tapizamos una bandeja refractaria con papel sulfurizado y colocamos las rodajas de tomates. Regamos con el aceite de oliva virgen extra por encima, espolvoreamos el azúcar moreno y repartiéndolo encima de los tomates.
Añadimos encima de cada rodaja unas escamas de sal maldon y espolvoreamos con el orégano y el tomillo. Horneamos a baja temperatura durante dos horas.
Con qué acompañar los tomates confitados al horno
Los tomates confitados al horno son un aperitivo o guarnición estupendo para tener preparado. Yo los guardo en un recipiente hermético durante tres días y los voy utilizando en distintas preparaciones.
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