Si hay un plato del que estoy orgullosa, éste es la pizza. Os comenté en alguna ocasión que tuve la suerte de tomar pizzas caseras desde muy pequeña cuando no era para nada común y ni siquiera en el supermercado había bases, así que mi madre hacía su propia masa y en casa disfrutábamos de este manjar.
La pizza de bonito y anchoas es una variedad más que sirve de ejemplo para que veáis la multitud de ingredientes que se pueden adicionar a esta riquísima receta. Dejo a vuestro gusto el variar cualquiera de ellos a vuestro antojo.
Empezamos por la masa de la pizza. Mezclamos la harina con la semolina, el azúcar y la sal. Agregamos la levadura desmenuzada y poco a poco el aceite de oliva virgen extra y el agua. No añadiremos todo el agua en una sola vez, si no que iremos mezclando hasta que veamos que no necesita más, todo dependerá de la absorción de la harina.
La masa debe quedar blanda y elástica. Formamos una bola, la colocamos en un cuenco ligeramente engrasado y la dejamos reposar tapada durante una hora más o menos, o hasta que casi haya duplicado su volumen.
Estiramos con el rodillo la masa muy fina en forma circular sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada. Si vemos que la masa se contrae, esperamos unos minutos para que se relaje y volvemos a estirarla suavemente. Calentamos el horno con calor solo abajo a máxima temperatura. En mi caso para este programa alcanza los 275ºC.
Podemos hornear la pizza sobre bandeja, papel o piedra. Espolvoreamos la bandeja con un poco de harina y semolina, colocamos la base de pizza encima y cortamos el borde sobrante. Pinchamos la masa con un tenedor para evitar que suba.
Echamos un poco de salsa de tomate en la base, un poco de albahaca y por encima esparcimos el bonito desmenuzado. Colocamos las anchoas y el queso mozzarella en trozos. Espolvoreamos con un poco de orégano y horneamos hasta que la pizza esté lista.
Con qué acompañar la pizza de bonito y anchoas
Esta pizza de bonito y anchoas debe tomarse recién salida del horno, igual que todas, para que los ingredientes estén perfectos y el queso fundido y en su punto. Si el sabor salado de la anchoa horneada no os agrada, colocadlas sobre la pizza justo al sacarla del horno, no antes.