Si hay una gastronomía en el mundo que ha triunfado poniendo pocos pero buenos ingredientes en una mesa esa es la cocina italiana. Un ejemplo que hoy también traemos con un bocadillo súper simple, típico de Sicilia, que apenas lleva tres ingredientes.
Traducido al castellano desde el dialecto siciliano, pane cunzato vendría a significar algo así como pan condimentado o pan aliñado y en esencia no es más que un bocadillo de supervivencia donde los sicilianos añadían los elementos que más a mano podían tener.
Un auténtico salvavidas que yo descubrí en la ciudad de Noto, donde nos estaba costando Dios y ayuda encontrar un restaurante abierto a las dos y media de la tarde, hasta que llegamos a Picnic, donde tomé contacto por primera vez con el pane cunzato.
Aunque hay versiones más elaboradas del pane cunzato, como el pane cunzato all'eoliana —que tiene alcaparras y cebolla— o el pane cunzato alla mesinese —que tiene berenjena, tomate seco y tuma (un queso fresco italiano)—, hoy vamos a hacer la versión del pane cunzato di Scopello.
También, según indican desde Giallo Zafferano, al pane cunzato se le conoce como pane disgraziato, que no necesita mucha traducción y tendría que ver con que sería un bocadillo que comería la gente más humilde.
Scopello es un pueblecito precioso en la costa occidental de la isla, cerca de Trapani, y su pane cunzato sólo tiene tres ingredientes: tomate, anchoas en salazón y queso. En Sicilia se utiliza el primo sale, que es un queso semitierno de oveja con un punto de sal interesante y que en España es difícil de encontrar. Para sustituirlo he apostado por utilizar un queso feta, que tiene también un punto salino que le da cierta semejanza y porque es de oveja, aunque el primo sale es más elástico y menos friable.
Cabe destacar que el primo sale —literalmente, primera sal— es un queso que, si se va dejando evolucionar y curar, acabará siendo el clásico pecorino siciliano. Como en todo este tipo de recetas, cuanto mejor sea el material inicial, mejor será el resultado. Por eso, he apostado también por un pan estilo chapata, que es lo más similar a lo que se haría en Sicilia. Respecto al queso, podéis cambiarlo —si queréis— por un queso fresco, pero ya os digo que el toque salado del feta le va bien.
Cortamos el pan que vayamos a consumir y, si queremos, lo tostamos ligeramente. Mientras tanto, cortamos un tomate maduro y jugoso en rodajas, al gusto en cuanto al grosor, pero no demasiado finas.
Aparte, sacamos las anchoas de la lata y las escurrimos bien para no llevar un exceso de aceite al bocadillo. Hacemos lo mismo con el feta, procurando que no lleve demasiado suero, o con el queso que vayamos a usar.
Una vez el pan esté tostado o listo, echamos un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra por ambas caras y colocamos primero el tomate, luego el queso, espolvoreamos con generosidad con orégano y colocamos encima las anchoas.
Si queremos, podemos poner el pane cunzato en una sándwichera o plancha, pues caliente es más interesante.
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Con qué acompañar el pane cunzato
El pane cunzato nos apaña una comida o una cena, así que no necesita mucha compañía. Podéis 'mejorar' la receta añadiendo un poco de albahaca fresca o picando algunas aceitunas y agregándolas al bocadillo. Por lo demás no tiene más necesidad de escolta aparte de un poco de vino, una cerveza o los clásicos seltz de limón y sal de los chioscos sicilianos.
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