Hacer pan casero es de lo más gratificante, sobre todo porque dominar el mundo de las masas es costoso (que no imposible) y requiere de paciencia y mucha práctica. Afortunadamente hay panes que son muy sencillos y siempre salen bien como este pan sin horno relleno de queso que está para ponerle un piso.
Para elaborarlo solo hay que mezclar todos los ingredientes de la masa, dejar fermentar, estirar en finos círculos, rellenar con queso fundente y cocer en una sartén a fuego medio por las dos caras. Recién hecho es un verdadero escándalo: corteza crujiente, interior tierno y queso derretido escapándose con cada bocado.
Es una receta sencillísima que solo necesita harina de trigo de todo uso (no de fuerza), levadura de panadero, agua y sal. Para el relleno he usado queso para raclette, pues funde bien y tiene mucho sabor, pero podéis usar cualquier otro que os guste. Sea cual sea vuestra elección, no dejéis de hacer este pan para los vuestros. Gusta a todos.
En un recipiente amplio y hondo introducimos la harina y hacemos un hueco en el centro. Vertemos el agua, ligeramente templada, en su interior junto con la sal. Removemos para que la sal se disuelva. No pasa nada si en el proceso incorporamos algo de harina al agua.
A continuación agregamos la levadura seca de panadero y removemos para integrar todos los ingredientes y obtener una masa. En un principio la podremos trabajar dentro del recipiente, pero llegará un momento en que se volverá muy espesa y la tengamos que pasar a la encimera. Entonces amasamos hasta que quede homogénea y sedosa. Unos cinco minutos.
Engrasamos el recipiente con un poco de aceite y volvemos a meter la masa en su interior. Lo cubrimos con papel film o con un trapo de cocina seco y limpio. Dejamos que la masa fermente y duplique su tamaño. El tiempo exacto dependerá de la temperatura ambiente. Yo la he tenido casi ocho horas porque en mi cocina hacía bastante fresco.
Espolvoreamos la encimera con un poco de harina y volcamos encima la masa. Le damos unas vueltas para desgasificar y la cortamos en cuatro porciones iguales. Estiramos cada una de ellas en un disco fino, colocamos una o dos lonchas de queso en el centro y cerramos los extremos, dejando el queso en el interior.
Calentamos una sartén, mejor si es de hierro y tiene una buena base que distribuya bien el calor, antes de cocer los panes. Los tendremos a potencia media (4-5 de 9) durante cuatro minutos por cada cara, tapando la sartén para que el vapor ayude a que la cocción sea más uniforme. Servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar el pan sin horno relleno de queso
Este pan sin horno relleno de queso no necesita de acompañamiento alguno. Es, por sí solo, un snack o merienda perfecto, como si de un bocata de queso se tratara. Lo podemos consumir con nuestra bebida favorita. Al gusto.
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