El azafrán es una de nuestras joyas gastronómicas que deberíamos valorar un poco más; al menos tengo la sensación de que aquí no lo apreciamos como se merece. Por eso me llaman la atención recetas como esta salsa de pasta al azafrán, que encontré en un medio alemán, para darle más uso a esta especia en la cocina.
También reconozco que la sencillez del plato me lanzó a probarlo; me gustan las recetas que apenas usan ingredientes y que encima se cocinan en una sola olla. Esta salsa solo requiere tres elementos básicos: azafrán, mantequilla y queso, más el agua y la sal que todo el mundo ya tiene en casa. Se puede usar con cualquier tipo de pasta, aunque aconsejo una variedad larga estilo tallarines o espaquetis.
Echar el agua en una olla grande y añadir el azafrán y una pizca de sal. Calentar a fuego medio para que empiece a liberar su aroma. Agregar la mantequilla y cocinar, sin llegar a hervir, hasta que se derrita por completo.
Incorporar la pasta y remover para que se incorpore bien en el líquido. Tapar y dejar cocer a fuego medio hasta que esté al dente y la salsa cremosa. Comprobar el punto añadiendo un poco más de líquido si fuera necesario.
Añadir, si se desea, pimienta negra recién molida y queso al gusto antes de servir.
Con qué acompañar la pasta en salsa al azafrán
Con estas cantidades salen unas 3-4 raciones de pasta en salsa al azafrán. Se puede convertir en un menú más completo sirviéndola de primer plato, antes de algo de pescado o carne a la plancha. Con una buena ensalada al lado ya es una buena comida o cena -si completamos las proteínas diarias en otras comidas, claro-. Es una salsa aromática muy fresca a la que le iría bien añadir algo de ralladura de limón o unas hojas de albahaca fresca, si da la casualidad de que tenemos en casa.
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