Inés Vazquez Noya
EditorA diferencia de otras marcas de productos vegetales alternativos, BeanStalk Foods se distingue por tener un enfoque mucho más amplio y ambicioso. Lo demuestra su última gran apuesta, la gama de snacks en forma de palito que pretende competir directamente con los embutidos de toda la vida. Pero para conquistar al amante del chorizo o del salami hay que darlo todo al sabor.
Así, su gran diferencial es una extensa gama de productos que incluye nueve opciones congeladas a las que se suman estos aperitivos, diseñadas para el consumidor curioso que busca comer rico y sin complicaciones, pero quizá preocupado más por aumentar la ingesta de alimentos vegetales.
La joven marca, con sede española repartida entre Madrid y Barcelona, se ha inspirado en nombres consolidados como Beyond Meat o Heura para lanzarse al mercado europeo con una idea muy clara: enganchar al consumidor, sea o no vegano, apuntando especialmente a los flexitarianos.
Para ello cuentan con un catálogo muy amplio, con alternativas a productos tradicionales de carne (como pastrami, albóndigas y pulled meat), a los embutidos (destacando sus snacks de chorizo y salami vegano, poco comunes en el mercado), y a carne de ave y pescado (nuggets, pechuga estilo pavo y fingers de pescado). Es una decisión estratégica que les permite cubrir una amplia gama de necesidades, desde platos principales hasta aperitivos.
La misión de la marca, como reza su mensaje corporativo es "liderar una revolución alimentaria basada en plantas, ofreciendo productos deliciosos y nutritivos que no solo cuidan de la salud de las personas, sino también del planeta." Además de tener presencia en España, BeanStalk Foods opera también en Francia, y próximamente lo hará en Reino Unido, Alemania y Portugal, así como en el continente asiático (Japón y China), contando con distribuidores en Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos.
Probando los sticks de chorizo vegano
"Perfectos para cualquier momento del día, estos snacks combinan la intensidad del sabor ahumado y especiado del chorizo con los beneficios de una alimentación basada en plantas"; así define la propia marca el producto, sin mencionar en ningún momento que sean un producto diseñado para la población vegana. Solo te tiene que interesar reducir el consumo de carne.
El chorizo, con su profunda historia en España, es un embutido clásico. Por eso, me intrigó probar su versión vegana en formato stick. Debo confesar que el primer bocado me pareció un poco artificial, pero mi percepción cambió por completo con el segundo. Saben ahumados y con el punto justo de picante, que se envuelve en la boca y repercute unos segundos más tarde en la garganta. Un efecto satisfactorio y atractivo para seguir comiendo. La consistencia es masticable pero no es gomosa, ni demasiado dura ni demasiado blanda. Se mantienen bien en la boca sin ser grasientos y, al romperse con las manos, mantienen su forma redondeada.
Su valor nutricional también es destacable, pese a que no se pueden considerar un alimento saludable por sí mismo, más bien un capricho de consumo ocasional. Están enriquecidos con hierro y vitamina B12, y cada unidad es una buena fuente de proteína vegetal, con 36 g de proteína por cada 100 g de producto; cada envase contiene 50 g. También hay que mencionar que son bastante salados, con 3,2 g de sal por cada 100 g, y tienen una pequeña porción de azúcares añadidos. Algo que suele tener también el chorizo de cerdo, por otro lado.
Eso sí, la lista de ingredientes es larga, como suelen ser también muchos aperitivos de carne industriales; incluyen soja texturizada, aceite de soja, concentrado de proteína de soja, harina de konjac, glucosa, azúcar y colorantes como concentrado de rábano para el tono rojizo. No necesitan refrigeración al estar envasados al vacío, lo que los hace perfectos para llevar a cualquier lugar.
Cada pack contiene 5 unidades adheridas entre sí. Se abre fácilmente con las manos y se libera el aire comprimido seguido de un aroma ahumado interesante. El único inconveniente menor es que al separar las unidades, las puntas pueden romperse, eso me sucedió en dos de los sticks. Su largo no supera los 10 cm y su color es un colorado intenso. Quedarán atractivos al combinar con otros alimentos como quesos, aceitunas o pan en una tabla para compartir de picoteo.
¿Merecen la pena?
A quien busque una alternativa vegetal a los típicos aperitivos cárnicos o a base de embutido, le merecerá la pena probar estos productos. Siempre teniendo en cuenta que se parecerá más a un snack cárnico de tipo industrial que a un chorizo artesano de pueblo. Pero están realmente ricos.
Su principal atractivo es sin duda la practicidad , pues son cómodos de llevar para una caminata o una excursión al aire libre; también se antojan un capricho salado para acompañar una larga jornada de trabajo, o para recargar energías después del gimnasio o practicar cualquier deporte. Son ideales para quienes buscan un bocado rápido y nutritivo, pero, sobre todo, sabroso.
A modo de cierre, celebro personalmente la propuesta de Beanstalk. Con su amplia gama de productos, la marca ofrece una solución completa para quienes buscan reducir el consumo animal, sin sacrificar el gusto ni la conveniencia. Al probar sus sticks de chorizo vegano, confirmo el compromiso por replicar la experiencia de comer chorizo, pero de una forma totalmente vegetal y con un perfil nutricional diferente.
