Se los llama "preparados estilo milanesa de pollo vegetal" y son en esencia, productos alimenticios procesados que buscan imitar la apariencia, la textura y el sabor de las milanesas, pero utilizando ingredientes de origen vegetal en lugar de carne de pollo.
Son una alternativa vegana o vegetariana a la popular milanesa de pollo. Para lograr esta similitud, se suelen utilizar ingredientes como:
- Proteínas vegetales: Principalmente a base de soja, gluten de trigo (seitán), guisantes, o combinaciones de legumbres y cereales. Estos ingredientes proporcionan la estructura y la textura "carnosa".
- Harinas y almidones: Se utilizan para dar consistencia y ayudar a la unión de los ingredientes. Pueden ser de trigo, arroz, maíz, garbanzo, etc.
- Aceites vegetales: Para aportar jugosidad y ayudar en la cocción.
- Aromas y especias: Se utilizan para replicar el sabor del pollo y el sazonado típico de una milanesa. Esto puede incluir extractos de levadura, cebolla, ajo, hierbas aromáticas y otros condimentos.
- Pan rallado o rebozado: Al igual que las milanesas tradicionales, suelen estar recubiertas de pan rallado para lograr una textura crujiente al cocinarlas. A veces se les añaden hierbas y especias al pan rallado.
- Otros ingredientes: Pueden incluir agua, sal, y a veces colorantes naturales para mejorar su aspecto.
Hoy puse a prueba la versión de Vanetta y demuestra que se puede obtener una preparación sabrosa sin necesidad de carne.
Se comercializa envasada al vacío y a temperatura controlada. Está lista para ser cocinada en la sartén vuelta y vuelta durante 5 minutos o freír en abundante aceite hasta dorar por ambos lados. Incluso se puede cocinar en la freidora de aire con un buen resultado. Se sugiere precalentar la freidora de aire a 180ºC durante 5 minutos. Rociar las milanesas con un poco de aceite en spray y acomodar en la cesta sin amontonar, y cocinar durante 20 minutos.
Como todo producto de esta índole, se debe conservar a -18 ºC y, una vez abierto, se debe consumir en un plazo de dos días o congelar hasta el próximo uso. Cada pack contiene de 3 a 4 unidades según el tamaño que tengan y el peso es de 500 gramos.

En el reverso se detallan los ingredientes y estos incluyen: agua, gluten de trigo, almendra molida, harina de arroz, levadura de cerveza, pan rallado, bebida de soja y sal. En el rebozado hay 1.4% de ajo, 1.1% de perejil, sal y levadura. El seitán a menudo se utiliza para este tipo de preparaciones por su textura y su capacidad de imitar la carne.
El seitán, que es básicamente gluten de trigo aislado, tiene una textura firme, densa y ligeramente masticable que se asemeja mucho a la del pollo una vez cocido. Además, se puede amasar, estirar y cortar en filetes de manera similar a la carne. Esto permite darle la forma plana y característica de una milanesa antes de rebozarla.
Es importante mencionar que, al ser gluten de trigo puro, el seitán no es apto para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten.
Por sí solo, el seitán tiene un sabor bastante neutro, lo cual es una ventaja, ya que permite sazonarlo y marinarlo con especias, hierbas y otros ingredientes para que adquiera el sabor deseado, en este caso, un perfil de sabor similar al del pollo. Y se presta a diversas técnicas de cocción, como freír, hornear o cocinar a la plancha, lo que lo hace ideal para preparar milanesas crujientes.
Revisando la tabla nutricional, por cada 100 g, cada milanesa aporta 194 kcal, 18,3 g de proteína, 4,2 g de grasas y solo 0,44 g de sal. Este último valor es importante, especialmente considerando que el contenido de sodio en muchos productos vegetales suele ser elevado. Esto es porque la sal se utiliza como potenciador de sabor y conservante.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es consumir un máximo de 5 gramos de sal o lo que es igual, unos 2000 mg de sodio. Generalmente, se considera que un producto tiene poca sal si aporta 0,25 gramos o menos por cada 100 gramos, y mucha sal si supera 1,25 gramos por cada 100 gramos. En el caso de las milanesas de Vanetta, no se considera una cantidad muy alta de sal por 100 gramos.

A la hora de cocinar la milanesa, el rebozado se mantiene intacto y adherido. No se desprende ni se desmiga y logra un color dorado muy vistoso. Se corta fácilmente con el cuchillo, no hay que ejercer demasiada presión, es más un bloque homogéneo. Se logra un color interno que sugiere que está bien cocido sin estar quemada ni gomosa. Es tierna, aunque sin dudas, se beneficia de unas gotas de limón al momento de servir.
En tanto aroma, ningún olor en particular se percibe, ni antes de cocinar al abrir el paquete ni luego de su cocción. En cuanto al sabor, tiene una tendencia a la neutralidad y suavidad para ser amigable con todos los paladares. Considero que esta base poco condimentada puede funcionar para agregar salsas y condimentos al gusto, personalizando así la experiencia. Por ejemplo, para preparar una milanesa a la napolitana o una Suprema Maryland, una receta argentina de milanesa de pollo que se sirve con salsa de choclo y se acompaña con banana frita.

Al igual que la versión cárnica, la milanesa de pollo en su versión vegetal, se presta a varios acompañamientos. Entre las opciones clásicas y siempre populares se encuentran las patatas fritas, el puré de patata o una refrescante ensalada mixta. Para quienes buscan alternativas, se puede optar por un arroz blanco, una ensalada de col o un dulce puré de boniato. No hay que olvidar de las múltiples salsa como mayonesa, ketchup, mostaza o barbacoa casera que pueden realzar el sabor de la milanesa.
En definitiva, la milanesa estilo pollo vegetal de Vanetta se presenta como una alternativa convincente para sumar en el día. Su objetivo no es engañar a ningún carnívoro, sino más bien reinventar platos típicos pero plant based con éxito para cuidar del planeta, de los animales y de la salud.