Todos sabemos que el agua es vital para la vida, podemos pasar varios días sin comer, sin embargo morimos si no ingerimos agua. La cantidad diaria recomendada de el líquido elemento, es directamente proporcional con el peso, talla y sexo del individuo, así como, de su actividad física y hábitos.
Por lo general y para hacernos una idea, una persona adulta, sana, con una actividad media, deberá tomar 2 litros diarios de dicho nutriente, siendo preferible hacerlo entre tomas, no con la comida. Lo suyo es beber antes de desayunar medio litro, a media mañana otro medio, a media tarde medio más y antes de acostarse el medio restante.
En lo primero que notamos la falta de hidratación, es en la piel, que aparece seca, escamosa y al contacto se muestra rallada, no lisa y tersa y sedosa como debería ser. De aquí a un montón de arrugas hay solo un paso. Además el intestino se desregula, apareciendo problemas de estreñimiento, y a partir de aquí malestar y dolencias varias.
Hemos de pensar que el agua que ingerimos, nos ayuda a limpiar el organismo, día a día, de todos aquellos agentes externos que inhalamos con la respiración, de los que ingerimos con la alimentación y de los que naturalmente genera nuestro cuerpo. Así pues, beber 2 litros de agua al día es vital.
En algunos lugares el agua del grifo se puede beber, en otros es necesario comprarla envasada. En estos casos veremos que tipo de agua es más conveniente para nosotros, dependiendo de nuestra edad y necesidades nutricionales, etc. Ya que cada una de ellas tiene una mineralización y una dureza diferentes.
En cualquier caso no debemos permitir que pase un solo día sin beber el agua necesaria para la correcta hidratación y limpieza de nuestro organismo.
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