A casi todos nos ha pasado alguna vez que hemos necesitado una dieta blanda o dieta astringente. Bien nos la ha impuesto el médico al acudir con un empacho, una indigestión o una intoxicación, o bien nos la ha pedido el cuerpo tras un atracón, generalmente. Circunstancias que nos suelen provocar diarrea aguda.
Los niños y los ancianos son los usuarios más habituales de este tipo de dieta, en el caso de los niños por excesos de dulcerías o por gastroenteritis típica de falta de higiene (no lavarse las manos para comer), así como por atracones, y en el caso de los mayores, generalmente por ingerir alimentos difíciles de digerir para ellos.
Veamos cómo es una dieta blanda o una dieta astringente.
La principal característica de las dietas blandas o astringentes, es que nutren estimulando lo más mínimo la digestión estando compuestas por alimentos que retienen agua y no aportan demasiada fibra, de manera que nos alimentamos sin generar ácidos gástricos en exceso, para dar el respiro al sistema digestivo que este necesita, sin desnutrirnos, a la vez que vamos paliando la diarrea.
Para comenzar, es importante mantenernos hidratados, así que beberemos suero glucosado (de venta en farmacias) o prepararemos una limonada alcalina. En cuanto a la parte sólida de la dieta, la compondrán alimentos de fácil digestión, elaborados con máxima sencillez, poca sal y ningún aditivo artificial.
Arroz blanco en sopa con zanahorias y unas gotas de aceite de oliva virgen extra (AOVE), caldito de pescado blanco con arroz o pan, pescado blanco cocido o a la plancha, pechuga de ave cocida o a la plancha, manzanas asadas o ralladas con limón y un poco más adelante huevo cocido o en tortilla, yogur blanco e infusiones de malvavisco, canelo, manzanilla, jengibre, menta, etc.
Tras un trastorno digestivo o un episodio diarreico, durante el cual se ha alimentado al organismo a base de estos alimentos que componen la dieta blanda, es importante, al empezar a sentir mejoría, volver a hacer una dieta “normal” ( Dieta Mediterránea) poco a poco, ingiriendo alimentos de todos los grupos, de manera suave, teniendo en cuenta que nuestro organismo debe reorganizarse después del desorden anterior.
En cualquier caso, si tras 2 días no se siente una clara mejoría, es necesario acudir a la consulta del médico, para descartar males mayores y proceder a estabilizar la situación.
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