Las infusiones de plantas y especias las tenemos asociadas un poco a los remedios tradicionales de abuelas, al mundo natural y a las rutinas hogareñas reconfortantes. Pero meter en el mismo saco a todas estas bebidas puede inducir a error, sobre todo si tenemos algún problema digestivo y confiamos a ciegas en que las infusiones nos harán sentir mejor.
Especial cuidado deben tener quienes sufran patologías concretas como las enfermedades inflamatorias intestinales (MII), como puede ser la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa; como bien reza el refrán, el remedio puede ser peor que la enfermedad incluso con las infusiones que tradicionalmente se asocian a beneficios digestivos.
Lo explica muy bien la dietista-nutricionista Virginia Gómez Sánchez, especializada en el ámbito digestivo; “cada persona responde de manera diferente a los alimentos y bebidas, pero si convives con una MII, conviene prestar especial atención a cómo toleras ciertas plantas”.
Recordemos, en primer lugar, que la menta y la hierbabuena son desencadenantes de reflujo en la gran mayoría de la población. Aunque se encuentran con frecuencia en mezclas de infusiones, cápsulas o remedios para mejorar digestiones pesadas o los gases, no son nada recomendables si se te repite la comida o sueles tener reflujo y acidez.
Otra cuestión que se suele olvidar es que todas las plantas de té tienen cafeína, aunque la llamamos teína. Esta sustancia estimulante no se lleva bien con las enfermedades inflamatorias intestinales, ni con otras patologías como la gastroenteritis. Pueden irritar el sistema digestivo o generar sobreestimulación, provocando una mayor actividad en el tracto intestinal que puede ser muy molesta, incluso dolorosa. Mejor evitar el té, probar con variedades más bajas en teína como el blanco, o directamente optar por infusiones libres de ella, como el rooibos.
Las especias exóticas y con un toque picante, aunque creas que no pican como lo hace una guindilla, también podrían empeorar los síntomas de quien tiene un intestino irritable, inflamable o muy sensible. Asociamos con un mayor bienestar digestivo especias como la canela, el jengibre, la pimienta o la cúrcuma, pero en ocasiones pueden crear el efecto contrario. La leche dorada no es para todo el mundo.
Tampoco hay que olvidar que existen numerosas infusiones con efecto laxante, que incluso se venden ya así con este reclamo. En enfermedades como la colitis ulcerosa pueden tener un efecto muy agresivo con diarreas y otros síntomas; conviene evitar las infusiones que se anuncien como remedio para el estreñimiento, depurar o regular el tránsito; suelen llevar plantas como hojas de sen o alore vera.
La mejor forma de saber si algo te sienta bien o no es la prueba experiencial; si notas molestias después de tomar una de estas infusiones, evítalas en el futuro para observar si notas mejoría. Y, como nos recuerda Gómez, ante cualquier duda, lo mejor es consultar siempre primero con un profesional sanitario especializado.
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