Siempre me ha gustado el falafel. Lo probé por primera vez hace la friolera de veintitantos años cuando estudiaba en Londres y, desde entonces, no he parado de prepararlo y comerlo siempre que tengo ocasión. Por eso, cuando hace unos días me encontré en VIPs con una hamburguesa de falafel entre su oferta gastronómica, no me pude resistir a pedirla y, después de catarla, en plantearme hacerla en casa.
Sin pretensiones de calcar la del establecimiento en cuestión, esta hamburguesa de falafel casera es muy parecida, pero no igual. Mi versión está preparada con mi receta de falafel, con espinacas en lugar de lechuga y con una salsa que recuerda al tzatziki griego. La vuestra puede ser igualmente rica sin ser necesariamente esta, adaptándola a vuestros gustos y a lo que tengáis en casa. Eso si, no dejéis de probarla. Está de muerte.