Nada dice “ya es finde” como un sándwich de queso frito: una receta gochísima para disfrutar a lo grande

Nada dice “ya es finde” como un sándwich de queso frito: una receta gochísima para disfrutar a lo grande
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Si estáis buscando un placer de los que hacen historia, preparaos para el sándwich de queso más gocho que jamás hayáis probado. No es la cena más ligera ni la más saludable, pero hoy no nos importa. Este fin de semana vamos a darnos un homenaje que nos hará sonreír de oreja a oreja.

Comenzamos con un generoso pan de molde rebanado grueso y unas diez lonchas de queso cheddar, tanto naranja como amarillo, en una pila alterna de decadencia. Un chapuzón en una mezcla espesa de harina, azúcar, sal, leche y huevo transforma nuestro sándwich en un manjar listo para su baño dorado. Cubierto de panko por todos lados, se sumerge en un baño de aceite vegetal caliente hasta que adopta un tono dorado y crujiente. Escurrido y servido inmediatamente, este sándwich no espera a nadie.

Estamos de acuerdo en que este plato no ganaría ningún premio en una feria de alimentos saludables. Las lonchas de queso son una bomba de grasa y sodio, y la fritura en abundante aceite solo añade más grasa a la ecuación. Pero hoy nos damos un respiro y nos permitimos disfrutar de este pedazo de bomba de relojería. No es lo que comeríamos todos los días, pero de vez en cuando un capricho de este calibre nos pone una sonrisa en la cara.

Este sándwich se presta a innumerables variaciones. ¿No tienes cheddar en casa? Prueba con una mezcla de mozzarella y emmental. ¿El panko no te convence? Opta por unas migas de pan caseras. E incluso podrías añadir unas lonchas de bacon para un extra de sabor. En DAP encontraréis más sándwiches golosos como este, que os harán la boca agua.

Para acompañar este sándwich tan exuberante, sugerimos algo ligero y refrescante. Un vino rosado bien frío o una cerveza lager, con su amargor equilibrado y su frescura, pueden ser los compañeros perfectos para este festín de queso. Después de todo, hoy es noche de celebración, y nada dice "fiesta" como un sándwich de queso frito. Así que adelante, disfrutad de vuestra cena y recordad, la vida es corta, ¡comer queso frito hace que valga la pena!

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