Quien dice en la orilla dice en el Paseo de la Concha, pero es que el lugar donde se ubica el restaurante Narru no puede ser más privilegiado. Enclavado en los bajos del hotel Niza, uno de los más clásicos de San Sebastián, divide su oferta entre el restaurante, ubicado en la planta sótano, y el bar, a pie de calle, con la bahía saludando desde el ventanal.
Al hacer la reserva, y puestos a escoger, no quisimos perder la oportunidad de contemplar el paisaje nocturno, y decidimos cenar en el bar, un espacio moderno y de decoración sencilla, con una disposición cómoda y suficiente separación entre las mesas.
La carta se compone de platos y pinchos calientes, además de los postres. Cuando abordas la primera cita con un establecimiento, al repasar la carta siempre surge la duda de cómo serán las raciones, si con una no nos dará ni para un minuto de hambre, o por el contrario podrá tapizarnos una buena parte del estómago.
Al hacer nuestra elección en Narru tuvimos estas dudas, por eso acabamos pidiendo por duplicado: arroz de crustáceos con socarrat y risotto de hongos y champis con foie, dos pinchos de cada, y de segundo, un plato de secreto ibérico con manzana del país y su jugo. Los arroces más que dignos, el primero con una fina costra de socarrat en la que se confundían láminas de sal maldon, y el segundo muy sabroso. Ambos en una cantidad cercana a la media ración.
El secreto ibérico nos sorprendió gratamente. Probablemente cocinado con una técnica de cocción a baja temperatura, dada la textura melosa de la carne, poco habitual en este tipo de pieza, y con un último golpe de plancha que le proporcionaba una ligera costra en su superficie. Nos pareció mal lamer los platos, así que nos empleamos a fondo con el pan. Cuando un plato está bueno, es el mejor piropo posible.
La carta de postres, sugestiva y corta, con tres referencias elaboradas, además de una selección de quesos y helados. Compartimos una dulzura de las que acarician el paladar como en un beso: la crema de queso con migas crujientes de mantequilla. No puedo deciros más que acabamos haciendo una coreografía espontánea con las cucharillas, rescatando migas bajo una marejada de crema, y esta vez no rebañamos, pero pulimos la superficie del plato al son del metal.
Una copa de vino, una caña, y dos cafés fueron el complemento líquido a esta cena informal, y con todos estos aditamentos, el cubierto se quedó en veinte euros por persona.
Narru
Cocina tradicional actualizada
Calle Zubieta, 56
San Sebastián 20007
Teléfono 943 423 349
Precio medio bar: 20 euros
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