Un castillo templario, murallas y un paraíso natural: así es uno de los pueblos más bonitos de Salamanca para una escapada invernal

  • Uno de sus platos típicos es el limón serrano, la receta más buscada en Google en 2023

  • Ubicado en la Sierra de Francia, sus paisajes boscosos en otoño e invierno son dignos de visitar

Miranda Del Castanar
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Aunque el nombre de Sierra de Francia nos traslade a otras latitudes, la realidad es que nos estamos refiriendo a uno comarca en el sur de la provincia de Salamanca, lindando con Cáceres y que constituye una de las mejores escapadas de otoño e invierno que podemos hacer esta temporada en España.

Concretamente, el pueblo que hoy ponemos en bandeja es Miranda del Castañar, un pequeño pueblo de gran afluencia turística en esta época del año y que está muy cerca de otras localidades también muy conocidas como San Martín del Castañar, La Alberca o Mogarraz.

Fundamental por esta proximidad que tiene la comarca a Portugal, mirando en el Castañar tuvo un pequeño boom económico y demográfico entre finales de la Baja Edad Media y principios de la Edad Moderna cuando se instauró allí el condado de Miranda.

La posición estratégica de la zona entre el río Francia y el arroyo San Benito permitía controlar casi a la perfección este territorio, casi fronterizo con Portugal en una época, especialmente convulsa entre los reinos castellanos y los reinos lusos.

Por eso, no extraña que uno de los grandes atributos arquitectónicos de Miranda del Castañar, sea el imponente castillo de Miranda del Castañar, una fortificación levantada en el siglo XV, pero la cual seguramente tenga orígenes mucho anteriores, entre los cuales se suele señalar que posiblemente hubiera alguna impronta de los caballeros templarios en la zona.

Castillo de Miranda del Castañar Castillo de Miranda del Castañar

Declarado bien de interés cultural, el casco antiguo de Miranda del Castañar es un entrañado laberíntico de calles adoquinadas y paredes de piedra entre pequeñas callejuelas. Todo ello, abrigado por una de las grandes sorpresas de Miranda del Castañar: su muralla. En la actualidad se conservan más de 600 metros de lienzo, además de las cuatro puertas quedaban acceso a la villa: la de San Ginés, la de Nuestra Señora, la del Postigo y la de la Villa.

Debido también a esa relevancia geográfica, Miranda del Castañar, se dió creciendo en los años posteriores. De hecho, la iglesia parroquial, uno de los monumentos más emblemáticos del pueblo, se dirigiría en el siglo XVI, bajo un perfil de estilo gótico, aunque ya empezarán a verse ciertos cambios en la arquitectura de Castilla relacionados con el renacimiento.

Vista panorámica de Miranda del Castañar, donde destacan el castillo y el campanario de la iglesia Vista panorámica de Miranda del Castañar, donde destacan el castillo y el campanario de la iglesia

Como es habitual en este tipo de construcciones, no se terminó exactamente de levantar la iglesia en un periodo corto de tiempo. Por eso, la torre del campanario, que también destaca sobremanera en el skyline de Miranda del Castañar se terminó de construir en el siglo XVII.

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Repleto de ermitas, Miranda de Castañar, era otro de esos pueblos de Castilla donde la romerías eran muy frecuentes. De hecho, llegó a haber hasta cinco ermitas distribuidas en Miranda del Castañar. En la actualidad solo quedan dos: la de Humilladero y la de la Virgen de la Cuesta. Esta última, además está fuera de la muralla y es el escenario donde se realiza la mayor fiesta del pueblo. Se trata de la Procesión de las Candelas, dedicada a Nuestra Señora de la Cuesta, que es además una fiesta de interés turístico regional que se celebra en el mes de septiembre.

De la misma manera, los alrededores de Miranda del Castañar son espléndidos para realizar senderismo, como se manifiesta en la ruta circular entre Miranda del Castañar Cepeda, de muy fácil recorrido, y donde el paisaje arbolado va cambiando de cerezos y olivos a zonas de bosque donde hay pinos, robles y castaños, además de prados y matorrales. Lo cual es un plan perfecto para el otoño, donde se contemplan los cambios de color de los diferentes follajes.

Esta ruta lineal comprende unos 17 kilómetros entre ambas poblaciones y nos permite entrarnos entre bosques de robles y castaños a lo largo de la orilla del río Francia y del arroyo San Benito.

Imágenes | iStock

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