Los restaurantes de los hoteles nunca han sido mi debilidad. Normalmente si queremos comer bien lo mejor es evitarlos, pero hay algunas honrosas excepciones. Recuerdo por ejemplo la excelente cena en Hacienda Zorita, y la del restaurante del hotel Torralbenc en Menorca tampoco le va a la zaga, notándose el asesoramiento del chef Paco Morales, que tiene en su haber una estrella Michelin por su establecimiento en Ontinyent.
Antes de sentarnos en la mesa, creo que es conveniente mencionar que el hotel Torralbenc no es un hotel de lujo al uso, ni menos aún un hotel de playa, aunque se encuentre cerca de la Cale en Porter y tenga vistas al mar. Se trata de una tradicional finca menorquina rehabilitada, de la que se conserva el gusto por las paredes blancas, la madera, la piedra, la vegetación... un lugar encantador que juega a favor de la comida que luego degustamos.
El aperitivo del menú, una empanadilla de sobrasada y miel, parece respetar también la tradición menorquina, aunque a decir verdad lo hace casi toda la carta al completo. Lo más llamativo, eso sí, es el uso de tinta de calamar en la masa para que la empanadilla sea negra y su color contraste con el rojo intenso de la sobrasada en el interior.
El primero de los entrantes era una menestra de verduras de otoño, fondo untuoso y lámina de tocino ibérico. Mientras cerraba los ojos con cada bocado me acordaba de mi madre sufriendo porque yo me comiera sus menestras, y no pude evitar sonreír al pensar que si le hubiera puesto un fondo untuoso o un nombre más elaborado igual la cosa hubiera ido de otra manera, o no.
El siguiente entrante eran unos tomates casi secos con su agua helada, pimentón y leche de almendra con tataki de melva, aunque el auténtico protagonista era la melva --que estaba espectacular-- y los tomates, como reconstruidos, unos magníficos actores secundarios.
Cerraba la terna de entrantes un perfecto-imperfecto de maíz, quisquilla, guindilla y arenque ahumado, que a todos los presentes nos recordó a la Estrella de la Muerte de Star Wars por su forma esférica, y por que como se puede intuir en la foto, acaba inevitablemente destruida, solo que en este caso por la acción de nuestro tenedor.
El plato principal de la cena en el restaurante del hotel Torralbenc en Menorca era un arroz meloso de cordero con cebolletas encurtidas (y en tempura, añadiría yo), que estaba realmente delicioso, y eso que para que un arroz meloso me enamore tiene que mantener el grano en su punto, que arroz meloso o caldoso no significa arroz pasado.
De los dos postres que pusieron broche a la agradable velada --la compañía de mi querida María Victoria de Diario del Viajero también ayudaba-- una transparencia de melón, escarcha de piña y helado de yogurt y un pastel fluido de almendra con helado de leche y lavanda, me quedo con el segundo, sin dudarlo un instante, por su delicadeza e intensidad, dos virtudes difíciles de combinar.
En definitiva, una magnífica cena en el hotel Torralbenc en Menorca que, tal vez sin llegar a la excelencia del restaurante Zaranda en Mallorca, ofrece al huésped y al visitante un opción para cenar maravillosamente en un enclave a la altura de la comida que allí se sirve.
Restaurante Torralbenc
Ctra. Maó – Cala’n Porter, Km.10 07730 Alaior Menorca, Islas Baleares Teléfono: 971 37 72 11
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